SUSCRÍBETE
Diario Extra Ecuador

Barcelona SC y su herida eterna, Carlos Muñoz y el 26 de diciembre no se olvidan

Cada 26 de diciembre, Barcelona recuerda a Carlos Muñoz, el ídolo que convirtió el gol en identidad y la alegría en legado eterno

Carlos Muñoz con la camisita del Centenario en homenaje a su padre.

Carlos Muñoz con la camisita del Centenario en homenaje a su padre.Cortesía

Jerson Ruiz
Publicado por

Creado:

Actualizado:

Cada 26 de diciembre, al hincha de Barcelona que nació antes de los 90 se le aprieta algo en el pecho. No es Navidad, no es resaca, no es nostalgia barata. Es memoria. Es Carlos Muñoz. Por eso la general del Monumental lleva su nombre. Porque hay nombres que no se escriben en placas, se graban en la piel. Han pasado 32 años de su partida.

Todo pasó un 26 de diciembre de 1993. Carlos Muñoz era ofensivo, explosivo, pícaro. De esos delanteros que hoy costarían millones y jugarían en Europa sin pedir permiso. Era rápido, goleador, pero sobre todo tenía calle: sabía cuándo apurar, cuándo frenar, cuándo hacer reír al estadio entero con una broma o una gambeta. Días antes había firmado tres goles contra El Nacional, como si el fútbol ya supiera que estaba por perder a uno de los suyos.

Carlos Muñoz en el Cementerio de Guayaquil con la camiseta en honor a su padre.

Carlos Muñoz en el Cementerio de Guayaquil con la camiseta en honor a su padre.Cortesía

Nunca se fue del corazón amarillo

Pero el destino no avisa. Antes de llegar a General Villamil Playas, un accidente de tránsito apagó su vida. Tenía 29 años. Demasiado joven para irse. Demasiado grande para olvidarlo.

El “Frentón” fue un ídolo dentro del ídolo. Un alma carismática que convirtió el gol en celebración colectiva. Su sepelio fue el más multitudinario que ha tenido un deportista en Ecuador, comparable solo con el de Julio Jaramillo. José Cevallos lo resume simple: “Carlitos era pura energía, verlo jugar era un espectáculo”.

El delantero Carlos Muñoz anotó tres goles en su último partido con la camiseta de Barcelona.

El delantero Carlos Muñoz anotó tres goles en su último partido con la camiseta de Barcelona.Archivo

Desde 1993, el lugar del accidente se transformó en santuario. Hinchas de todas las edades llegan con flores, banderas y lágrimas. Carlos Muñoz Vergara, su hijo, no llegó a conocerlo, pero lo siente vivo en cada video, en cada historia, en cada abrazo de la gente.

Carlos Muñoz no fue solo un futbolista. Fue barrio, fue risa, fue gol. Y por eso, cada 26 de diciembre, Barcelona no solo recuerda: agradece.

tracking