Pedro Pablo Perlaza Concha, conocido en el ambiente futbolístico como el Papi Perlaza, no solo dejó su huella como jugador en clubes de la Serie A como Barcelona, Emelec y Esmeraldas Petrolero, sino que durante las últimas tres décadas se ha dedicado a una labor aún más importante: descubrir y formar nuevos talentos en el Oriente ecuatoriano. 

Entre sus más grandes logros está haber tenido bajo su tutela a Antonio Valencia, desde los 11 hasta los 16 años, cuando inició su camino que lo llevó a brillar en la Premier League con el Manchester United.

Hoy, el Papi Perlaza vuelve a Guayaquil, pero no por fútbol, sino por una dura batalla personal: le han detectado cáncer de próstata. A sus 72 años, enfrenta la enfermedad con la misma fe inquebrantable que lo acompañó al descubrir talentos. En exclusiva con EXTRA, habla sobre su vida, su carrera y la fortaleza espiritual que lo mantiene firme.

¿Qué lo trae a Guayaquil? Cuénteme.

Estoy acá en Guayaquil ya cerca de dos meses. Vine por un problema de próstata. Me abrieron, pero no me la pudieron extraer porque estaba muy grande y muy pegada. Entonces lo que hicieron fue cerrarme, me sacaron para hacer una biopsia y lo que determina la biopsia es que tengo cáncer de próstata.

La cosa es dura, profesor Perlaza.

Bueno, no tan dura, porque tengo la bendición de Dios. Él todo lo puede. La fe en Dios que nos puede sacar de esta… todo lo puede Él, y entonces no es tan dura. Yo sé que voy a salir de esta y eso es lo más importante.

La fe es lo que lo mantiene usted.

Sí, con la fe que tengo, con todo Dios poderoso. Estoy aferrado a Él y realmente sé que me sacará unos años más adelante.

Que Dios haga la obra, profesor.

Sí, que el Señor haga su obra.

Lo que le ha dejado el fútbol

72 años de vida, desde cuándo en el fútbol?

Profesionalmente a los 16 años llegué a Barcelona, en los años 70, y me retiré en 1988 en Esmeraldas Petrolero.

Profe, ¿cómo se radica en Lago Agrio, donde hace historia como formador?

Yo trabajaba en la Federación de Zamora Chinchipe. En 1995 se dieron los Juegos Amazónicos, que antes existían y ahora ya no. Con ese equipo de la Selección de Zamora Chinchipe quedé campeón en Lago Agrio, y el presidente de la Federación de Sucumbíos, que antes era la Federación de Orellana, hicimos un convenio. Desde 1997 estoy viviendo y trabajando allá.

La gente lo relaciona con Antonio Valencia, que usted lo descubrió, pero usted, ¿cuántos jugadores ha sacado?

Muchos jugadores. Los más referentes: Antonio Valencia y su hermano Éder. Siguiendo con los hermanos Bolaños, Alex y Miller. Jefferson Orejuela, Enner Valencia, Richard Calderón, Pedro Pablo Velasco, Cristian Pinilla, los hermanos Anderson y Wilmer Godoy, Jorge Pino, Dani Cabeza, Éder Valencia, Lyan Lord y Stalin Segura, el central que tiene ahora Aucas.

Profe, ¿armamos un equipo de estrellas?

Sí, yo creo que sí.

¿Un equipo de estrellas con suplentes?

Eso sí es verdad, todos tienen buena calidad.

De los que llegaron, ¿cuál usted del principio dijo, este va a ser figura?

Todos, porque todos tenían condiciones. Yo tengo una vista tremenda para determinar quién iba a ser gran jugador, ese don me lo regaló Dios. En la escuelita de fútbol hay unos seis jugadores que van a llegar, estoy seguro de eso.

Su escuela e fútbol en el Oriente

¿Y cómo se ha financiado estos últimos años con la escuela?

Bueno, la verdad es que el financiamiento es cobrando la mensualidad, pero hay padres que no apoyan, son irresponsables. Se van debiendo cuatro o seis meses, y la verdad es que no alcanza como para pagarle a los entrenadores.

¿Cuando usted vio a Antonio Valencia, como figura del Manchester, qué sentía?

Una alegría inmensa, de verlo allá, ver lo que trabajó conmigo desde los 11 años hasta los 16, que se fue a El Nacional y siguió su carrera hasta llegar al Manchester United.

Se dice que el fútbol es ingrato, pero ¿quién no se ha olvidado de usted una vez que ya llegó?

No, el fútbol no es ingrato, son las personas las ingratas.

Las personas, es decir, los jugadores o exjugadores.

Claro, el fútbol no es ingrato, porque nosotros los seres humanos es que hacemos el fútbol.

¿Y de los que han llegado, si se acuerdan de usted o ya no?

Sí, siempre saludamos. Nada más.

¿Saludan nada más, un apoyo de vez en cuando?

El saludo nada más.

¿Ud descubrió a los dos últimos capitanes de la Tri, Antonio y Enner Valencia?

Dios me dio esa posibilidad de trabajar en los inicios con ellos: con Antonio a los 11 y con Enner con Caribe Jr.

Profe, que la fe que tiene usted le siga acompañando y que Dios lo cuide y me lo sane.

Gracias, un millón de gracias a usted por la entrevista. Realmente sé que estoy con la fe en Dios. Él me va a sacar de este partido de 180 minutos.

¿Y cuántos hijos ha tenido y alguien se dedicó a ser jugador?

Sí, uno jugó, pero no deslumbró porque tuvo una lesión y eso lo alejó del fútbol.

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