La muerte de Roberto Araldo Pinchupa Ramírez, de 19 años, ocurrida tras un operativo militar en Santa Elena, derivó en la imputación de seis uniformados por una presunta ejecución extrajudicial. De acuerdo con el parte policial y las versiones recogidas, el joven habría sido trasladado sin signos vitales a un hospital por personal militar, quienes se retiraron de inmediato alegando que la víctima había sufrido una sobredosis. 

Sin embargo, los primeros hallazgos, al parecer, contradicen ese reporte: el cuerpo presuntamente exponía múltiples hematomas y varios testigos señalan descargas eléctricas y golpes. El caso se activó cuando personal policial acudió al Hospital Básico Rafael Serrano, en Salinas, tras una alerta del ECU-911. Allí encontraron el cuerpo de Pinchupa Ramírez sobre una camilla metálica. El examen visual mostró moretones visibles. El médico Edison Mullo indicó que el joven llegó trasladado por militares, acompañado de un menor, y que se verificó su fallecimiento al ingreso.

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Las versiones de quienes estaban dentro del domicilio intervenido coincidirían en que los militares ingresaron pateando la puerta y ordenaron a los ocupantes tirarse al suelo. Un adolescente, de 16 años, afirmó ante los investigadores que él, su hermano y su amigo Roberto habían llegado días antes desde Macas, capital de Morona Santiago, en busca de trabajo y que ese día supuestamente fueron sorprendidos por la irrupción militar. El menor precisó que los habían contactado por Facebook para trabajos de construcción y que durante la intervención militar recibió golpes y descargas.

Habrían arrancado cables para aplicar descargas eléctricas

El testigo aseguró ante los agentes que los golpearon y que, después, los uniformados presuntamente arrancaron cables de luz de la pared para aplicar descargas eléctricas a todos los presentes. Relató que, durante ese procedimiento, Roberto dejó de reaccionar.

Otro joven, Darwin Lucero, insistió en que Pinchupa colapsó luego de recibir corriente en el pecho. Dijo haber visto cómo cerró los ojos antes de ser levantado por los militares para llevarlo al hospital. Un tercer testigo, de 17 años, sostuvo que también fue golpeado con un casco y sometido a descargas mientras jugaba en su celular. 

La versión de los militares procesados

La versión militar expuesta en el parte señala que el operativo fue ejecutado por el Batallón Marañón, con seis integrantes bajo el mando del capitán Darío Tonato. Según esa narración, ingresaron al domicilio porque habrían recibido información sobre posible almacenamiento de armas y sustancias sujetas a fiscalización. 

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Indicaron que los ocupantes supuestamente desobedecieron la orden de tirarse al piso y que Pinchupa realizó una “maniobra sospechosa”, por lo que fue neutralizado. Los militares, al parecer, sostuvieron que el joven padecía problemas cardíacos y que presentó dificultades respiratorias, motivo por el cual fue trasladado para recibir auxilio.

Los seis militares procesados y enviados a la cárcel 4, de Quito

La Policía, tras recopilar las versiones y evidencias, consideró que existía un delito flagrante. El fiscal de turno dispuso la aprehensión de los seis militares: Darío Tonato, Alex Plasencia, Jorge Carrera, Jonathan Cuñas, Byron González y Erwin Ramírez.

En la audiencia, la jueza calificó la flagrancia y dio paso a la instrucción fiscal por ejecución extrajudicial, en calidad de autores directos. Se dictó prisión preventiva para los procesados, quienes deberán permanecer en la denominada cárcel 4, de Quito. También se otorgaron medidas de protección para las víctimas. La investigación tendrá una duración de 30 días.

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