Familiares de los cuatro menores de edad ejecutados extrajudicialmente en el caso conocido como Cuatro de las Malvinas realizaron un acto conmemorativo en la avenida 25 de Julio, al sur de Guayaquil, en el punto donde fueron detenidos el pasado 8 de diciembre de 2024. Luego de esto, no volvieron a ser vistos con vida.

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Los allegados de Steven Medina, Nehemías Arboleda y los hermanos Josué e Ismael Arroyo colocaron cuatro pequeñas cajas de madera que simulaban ser los féretros de los niños, quienes fueron detenidos arbitrariamente por un escuadrón militar, luego llevados a una cuartel en Taura (Naranjal, provincia del Guayas), donde habría sido torturados y luego abandonados desnudos en un lugar remoto, donde grupo criminal los asesinó y quemó sus cuerpos.

Las familias colocaron velas, carteles y escribieron mensajes exigiendo justicia y reparación por el crimen, en el cual se acusa al Gobierno del presidente Daniel Noboa de intentar encubrirlo, acusando a los niños que tenían edad de entre 15 y 11 años de edad.

“Eran futbolistas, no delincuentes”, “¿Y si el próximo (niño desaparecido forzosamente) fuera el tuyo?”, “¿Qué se necesita para ser un militar? Se necesita ser un criminal”, eran algunos de los mensajes escritos en las pancartas.

Parque cambio de nombre en honor a los Cuatro de las Malvinas

Más temprano esta misma tarde, el alcalde Aquiles Álvarez presidió un acto en el que se renombró el parque de la Cooperativa de Vivienda de Empleados Municipales (Coviem) con el de “Los Cuatro Niños de las Malvinas”, en conmemoración del aniversario de la desaparición de los menores.

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“Me duele muchísimo que no solo son Ismael, Nehemías, Josué y Steven. Ellos se hicieron mediáticos. ¿Ustedes saben cuántos casos hay de los que nadie habla?”, expresó Álvarez, quien también acusó al Gobierno de actuar como cómplice, utilizando medios y autoridades bajo su control para minimizar la gravedad del crimen. “Nunca se olviden de los que quisieron tapar esto diciendo que todo era mentira”, reflexionó.

“Gracias por acompañarnos en esta lucha, en esta marcha, en esta prueba tan difícil, me arrancaron una parte de mí, me arrancaron el alma. En mi casa en la hora del almuerzo, tengo una mesa con dos puestos vacíos. Le agradezco a Dios porque él me tiene aquí fortalecida. Quiero que el Gobierno sepa que esto no va a quedar así”, reflexionó la madre de Josué e Ismael Arroyo.

Billy Navarrete, director ejecutivo del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH), hizo también intervino, haciendo un recuento de cómo ocurrieron las detenciones y criticó que la Fiscalía, al inicio del caso, pidiera a las familias guardar silencio, con la intención de ocultar y minimizar el caso de desaparición forzada.

“En esta cancha donde nos convocamos jugaban los chicos. Hay algo de lo que no debe quedarnos duda: ellos eran inocentes”, afirmó Navarrete, quien señaló que se intentó imponer un discurso “discriminatorio, racializado y perverso” para criminalizar a los jóvenes por su condición afrodescendiente y su situación económica.

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