Han pasado ya cinco días desde la tormenta que convirtió en río las calles y viviendas del barrio Pisque Bajo, al norte de Ambato.

En la casa de Franklin Maisanche, músico y mecánico, el agua alcanzó 70 centímetros de altura, dejando tras de sí un escenario de pérdida y agotamiento que aún no logra superar.

La noche que todo cambió

El domingo 21 de septiembre, la fuerte lluvia con granizo y descargas eléctricas arrasó con su vivienda y taller. “El agua ingresó como río y no tuve tiempo de sacar nada”, recuerda

La corriente dañó sus instrumentos musicales, vestimenta de su grupo folclórico, cajas amplificadas, micrófonos y cables. También destruyó costosas herramientas de su oficio como mecánico. “Perdí más del 60% de mis cosas, incluso ropa. Es como empezar de nuevo”, lamenta Franklin.

Desde aquella noche, la rutina de Franklin ha sido la misma: palas, baldes y escobas para retirar el lodo que se resiste a salir. “No he podido trabajar ni en la mecánica ni en la música. Esta semana ha sido solo para limpiar”, cuenta con evidente fatiga.

Sus vecinos le ayudaron en los primeros momentos, pero el peso de las pérdidas, que superan los 5 mil dólares, sigue siendo solo suyo. María Sailema, vecina del sector, recuerda que “entre todos tratamos de sacar el agua, pero fue imposible salvar sus pertenencias”.

El origen del problema

Los moradores coinciden en que las tuberías del alcantarillado están obsoletas y que el desbordamiento del canal cercano empeora la situación. Además, la basura que algunas personas lanzan a las alcantarillas genera taponamientos que agravan los desbordes.

Julio Lizano, agricultor, señala que también los huertos de legumbres y hortalizas quedaron cubiertos. “El agua no solo daña casas, también nuestra producción”, advierte.

Franklin, además de pedir a las autoridades una solución definitiva, espera la solidaridad de quienes puedan ayudarlo a levantarse. Contacto directo para apoyo a Franklin Maisanche: 0987552254. 

“Necesito volver a empezar, por eso agradezco a quienes quieran tenderme una mano”, expresa.

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