La alerta sobre el presunto secuestro de un recién nacido generó una intensa conmoción la noche del viernes 14 de noviembre de 2025, en Babahoyo, provincia de Los Ríos, y activó un amplio despliegue policial.

La noticia tomó forma cerca de las 19:00, cuando una mujer de 20 años llegó desorientada, ensangrentada y con la ropa en mal estado a las instalaciones de la Subzona de Policía de Los Ríos.

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La joven aseguró que había sido secuestrada, agredida y obligada a dar a luz. Según su relato, desconocidos la llevaron en un vehículo, la sometieron durante varias horas y, tras practicarle un supuesto parto inducido, se habrían llevado al bebé que llevaba en su vientre.

La historia movilizó de inmediato a los uniformados, quienes informaron a las unidades especializadas y contactaron a los familiares de la joven. Estos habían iniciado su propia búsqueda horas antes, pues la chica había salido desde el cantón Echeandía (Bolívar) con destino a Babahoyo (Los Ríos), para entregar en la universidad documentos relacionados con su permiso de maternidad. 

La preocupación familiar se incrementó al saber que la joven tenía programada una cesárea para este  sábado 15 de noviembre.

Agentes confirmaron que no estaba embarazada

Sin embargo, el panorama cambió radicalmente la mañana de este sábado. La Unidad de Desaparecidos de la Dinased, de Babahoyo, comenzó a reconstruir los hechos una vez que la mujer fue ingresada a una clínica local. 

Los primeros indicios recogidos por los agentes apuntaron a una conclusión sorprendente: la joven no estaba embarazada al momento del supuesto rapto, lo que contradijo por completo su versión inicial.

Según la información proporcionada por los investigadores, la última certificación médica que confirmaba la gestación se registró en mayo, cuando se diagnosticaron apenas doce semanas. No obstante, una prueba realizada en julio arrojó un resultado negativo. Los investigadores señalaron: “Esto significa que, desde ese mes hasta la fecha, no existía un proceso de gestación en curso”.

Familia desconocía que fingía 

La revelación causó gran desconcierto entre los familiares, quienes, según señalaron los agentes, desconocían por completo que el embarazo había terminado. Ellos la continuaban cuidando bajo la creencia de que la gestación seguía su curso normal y esperaban la fecha de la supuesta cesárea.

Tras conocer las conclusiones preliminares, los padres de la joven manifestaron que buscarán apoyo psicológico para su hija, con el fin de atender el estado emocional que pudo haber influido en la construcción de la historia.

La Policía continúa con el proceso de verificación para cerrar totalmente el caso y establecer qué motivó a la joven a relatar esta situación. Si bien la versión inicial generó una alerta ciudadana y obligó a activar protocolos de emergencia, las autoridades recalcaron que no existe evidencia de un bebé desaparecido ni de una agresión que corresponda al relato de secuestro y extracción forzada. El caso permanece bajo análisis, mientras la familia enfoca sus esfuerzos en el acompañamiento profesional para la joven.

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