SUSCRÍBETE
Diario Extra Ecuador

Ecuador

Devoción en Riobamba: Un solo Niño Dios, mil nombres y una ciudad volcada a la fe

En las calles, las comparsas en honor al Divino Niño Jesús reflejan una devoción heredada y que pasan de generación en generación

En Riobamba viven jornadas de fe.

En Riobamba viven jornadas de fe.PATRICIA OLEAS

Publicado por

Creado:

Actualizado:

En Riobamba, diciembre, enero y los primeros días de febrero se caracterizan por el sonido de albazos, danzantes y sanjuanitos, de las bandas que marcan el paso de las comparsas de una devoción heredada. Son los tradicionales Pases del Niño Jesús que convocan a barrios, a gremios y definen la identidad de familias enteras.

En la capital de Chimborazo hay centenares de representaciones de Jesús en su infancia a las que celebran, por ello, no es exagerado decir que Riobamba parece una “guardería de Niños Dios”.

“Tanto Niño que se escucha y se venera, pero el Niño Jesús es uno solo; a Él está dedicada la fiesta y en su honor se realiza, por la fe que profesamos”, explicó Julio Parrilla, obispo emérito de la ciudad.

El domingo hicieron una docena de pases, entre ellos el del Niño Líder, el de la familia Romero, el del Niño Familiar, así como el del Niño Club Cosinos. Anualmente se realizan más de 1.300 pases, cada uno -sea grande, pequeño, familiar o institucional- guarda la misma esencia: la devoción al Niñito.

Esta manifestación, considerada la mayor expresión de fe, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial del cantón en 2018 y reconocida por el Ministerio de Cultura como parte del patrimonio nacional.

La religiosidad se mezcla con las expresiones culturales

La religiosidad se mezcla con las expresiones culturalesPATRICIA OLEAS

Historia de la tradición

Según los estudios para su declaratoria patrimonial, el Pase del Niño ya figuraba en crónicas de viajeros que describían a una ciudad volcada a la fiesta de un “Rey” en época republicana. Esos relatos retrataban a un Niño “travieso y bravo”, capaz de esconder objetos para devolverlos en lugares inesperados, y a un pueblo que vestía trajes extravagantes para ganarse su favor.

Esa creencia persiste. Muchos devotos aseguran que lo que se gasta por fe, “el Niñito lo devuelve al doble”. Para Remigio Allaica, prioste de varias imágenes familiares, el sentido es más profundo: “Más que lo que se reciba, es el agradecimiento por la vida, la intercesión y la fe”.

Identidad en los nombres

La acogida popular es tal que cada imagen recibe un nombre propio, ligado a su origen o al oficio de sus fieles. Así nacieron los Niños emblemáticos: Rey de Reyes, Rey de Reyes de Licán, Niño Cubanito, de Yaruquíes, de los Milagros, de la Fe, el Niño Civil, Danzante, Manuelito, Cementero, Electrónico, el Niño Perdido, Torero, de la Cultura, Judicial o Carnavalero, entre cientos más.

La fe también se manifiesta en instituciones públicas y privadas. Cada imagen tiene su historia, su barrio, su promesa y su milagro.

La Iglesia recuerda que estos nombres no multiplican al Niño, sino que lo acercan a la cotidianidad del pueblo. Riobamba, año tras año, reafirma que su mayor patrimonio es esa fe que se cuida y se hereda como un tesoro vivo.

Esta devoción dinamiza la economía local: talleres de costura, alquiler de disfraces, músicos, artesanos y proveedores de alimentos encuentran en estas fechas su principal sustento.

Rey de Reyes (Santa Rosa)

Su historia se liga al terremoto de 1797 que destruyó la antigua Riobamba (Sicalpa). Según la tradición, la imagen apareció intacta entre los escombros, convirtiéndose en un símbolo de esperanza. Desde 1903 es custodiado por la familia Mendoza Llerena en el barrio Santa Rosa. La escultura, posiblemente de la Escuela Quiteña (1794), convoca una de las celebraciones más grandes del país cada 6 de enero.

Rey de Reyes de Chimborazo

Conocido popularmente como el de las instituciones o el “Clonadito”, esta imagen ha cobrado gran fuerza litúrgica desde 2007, su festejo culmina cada 6 de enero con procesión.

Su origen surgió de un malentendido cuando el Rey de Reyes de Santa Rosa fue llevado a la Catedral para una novena, pero ante el temor de la familia de que la Iglesia se quedara con la imagen, esta fue retirada. En la entidad se continuó el rezo con otra imagen. “Al final, el Niño Dios es uno solo”, relata Gladys Arias, colaboradora de la festividad. Actualmente, la imagen se custodia en la iglesia Rey de Reyes.

Una de la imágenes representativas del Niño Jesús.

Una de la imágenes representativas del Niño Jesús.PATRICIA OLEAS

Rey de Reyes de Licán

En esta parroquia rural, la Epifanía se vive de forma singular desde hace 130 años. Aquí la tradición suma al Rey Ángel (símbolo de la estrella de Belén) y al Rey Herodes. La procesión incluye personajes como la negra, el gringo, diablos de lata, sacharunas y curiquingues, en una mezcla de simbolismo cristiano y saberes ancestrales.

El Dulce Nombre de Jesús (Yaruquíes)

Llamado afectuosamente el “Niño Perdido”, su fiesta se recuperó tras tres décadas de ausencia tras la muerte de su antigua custodia. Su apodo recuerda la historia del Niño que se ausentó y fue hallado nuevamente por su comunidad.

tracking