La Plaza Roja de Guaranda fue escenario, el sábado 22 de noviembre, de más de seis horas de solidaridad continua. Con el cielo completamente despejado, la comunidad acudió a la radio maratón convocada por la Municipalidad de Guaranda, una respuesta urgente para sostener a las familias golpeadas por la tragedia del 16 de noviembre en Simiatug, provincia de Bolívar.

Organizaciones sociales, autoridades locales y vecinos de distintos sectores se hicieron presentes desde temprano con víveres, aportes económicos y mensajes de apoyo. Artistas locales acompañaron la jornada, transformando la preocupación colectiva en un gesto compartido.

Las donaciones económicas se canalizaron a través de la cuenta oficial del párroco Jaime Pastuña, responsable de distribuir la ayuda entre los heridos y los deudos junto a las autoridades de la parroquia.

Carolina Calero, concejala, insistió en que la ayuda no debe detenerse: “Simiatug lo necesita, no podemos dejarlos solos”. El presidente del GAD Parroquial, Paulino Yanchaliquín, recordó la magnitud de la tragedia: 22 fallecidos y 59 hospitalizados, de los cuales 25 permanecen en casas de salud —ocho en cuidados intensivos, ocho en cirugías y el resto en recuperación—.

“Quedan niños huérfanos, personas con discapacidades y familias rotas”, expresó visiblemente conmovido.

El día que todo cambió

El accidente ocurrió el domingo 16 de noviembre, cerca de las 13:00. Un bus de la cooperativa Ambateñita, que transportaba a ciudadanos de Simiatug residentes en Ambato que viajaban a sufragar, perdió pista y cayó aproximadamente 150 metros en el sector de La Gerrana.

El propietario del bus murió junto a su esposa, un hijo y una cuñada. Johana Toapanta es una de las sobrevivientes de la comunidad de Talahua, apenas conserva recuerdos claros: “Mi ñaño me sacó… me lavé la cara… y después desperté en el hospital”.

Su hermano, Luis Mario, de 20 años, también herido, relata que para él todo ocurrió de manera tan repentina “que no quisiera volver a vivir algo así”.

El párroco Pastuña afirma que el dolor ha tocado cada comunidad de Simiatug: “En todas se ha muerto al menos una o dos personas”. Aun así, las visitas, oraciones y manos extendidas no cesan. La radio maratón dejó en evidencia que, ante la adversidad, Guaranda responde unida, acompañando a Simiatug en su camino de recuperación.

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