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Ecuador

Polémica en Quinindé: Cuestionan carrera de burros y gatos por maltrato animal
En parroquia La Unión critican el trato a unos asnos ‘tuneados’ en una competencia
Las calles de la parroquia La Unión, en Quinindé, provincia de Esmeraldas, fueron el escenario de un evento que buscaba ser festivo, pero que terminó en polémica a causa de una carrera de burros, a la que se le sumó una de gatos.
La jornada formaba parte de las festividades patronales en honor a la Virgen de El Cisne, organizadas por la Colonia Manabita residente en la zona. Desde temprano, decoraron a los burros con cintas, sombreros, moños e incluso pintura en sus hocicos, para un concurso de disfraces.
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La carrera atrajo a cientos de espectadores que, entre risas, apuestas improvisadas y gritos de aliento, disfrutaron de un espectáculo que se ha repetido en distintos pueblos del país.
Exponen maltrato a los animales
Los nombres de los competidores, Zoila Juanita, El Condenado y El Burro Turizo, provocaron carcajadas. El público también celebraba las caídas de los jinetes y los arranques descontrolados de los animales. Para los organizadores, aquello era parte del folclor, una mezcla deporte, humor y cultura popular.

Sin embargo, lo que para algunos resultó pintoresco, para otros fue un reflejo de prácticas que no tienen cabida en pleno siglo XXI. La fundación Rescatando Patitas La Unión denunció en redes sociales que los burros fueron obligados a cargar un peso excesivo y golpeados con látigos improvisados para que corrieran rápido.
Pero lo que desató la mayor indignación fue la llamada “carrera de gatos”: pequeños felinos amarrados por el cuello y lanzados en medio del ruido de la multitud. Según la fundación, esta situación generó un nivel de estrés inaceptable en animales domésticos conocidos por su sensibilidad.
“Esto no es diversión ni cultura, esto es maltrato animal”, fue el mensaje categórico difundido en su comunicado, en el que se añadió que el sufrimiento de los animales no puede convertirse en espectáculo.
Piden que no se repitan estos actos
Una representante de la fundación explicó que, aunque no presentaron una denuncia formal por falta de instancias locales, sí hicieron un llamado público de atención para que estas situaciones no se vuelvan a repetir ni aquí ni en ninguna otra parte.
La activista aseguró que en los videos enviados por la comunidad se ve cómo los burros eran golpeados con látigos y cómo los gatos, asustados por el ruido y los tirones, intentaban escapar desesperadamente.
Hubo casos de burros que se cayeron, se lastimaron las patas y aun así fueron obligados a levantarse a punta de golpes para continuar, según explicó la activista.

En contraste, quienes defienden la carrera la consideran una tradición que no debería perderse. Algunos organizadores de la Colonia Manabita compartieron imágenes en redes sociales celebrando la jornada como una fiesta sana y familiar. Incluso respondieron a las críticas asegurando que los burros son animales de carga acostumbrados al esfuerzo en el campo y que la carrera no representa un daño mayor.
El debate se trasladó rápidamente a redes sociales. Mientras unos pedían sanciones y conciencia sobre el trato a los animales, otros defendían la jornada como un símbolo de identidad comunitaria. La Colonia Manabita en La Unión aún no se ha pronunciado sobre el caso.
Médico habla de las lesiones en los animales
El médico veterinario George Quiñónez explicó que someter a burros y gatos a este tipo de espectáculos generaría consecuencias físicas y emocionales graves. En el caso de los burros, el exceso de peso, los golpes y el esfuerzo sobre superficies duras como el asfalto provocarían lesiones en sus patas y articulaciones, además de un alto nivel de agotamiento.
Los gatos, por su parte, al ser animales especialmente sensibles al ruido y a los cambios bruscos de ambiente, entrarían en estados de pánico y estrés que podrían desencadenar problemas respiratorios, taquicardias e incluso alteraciones en su conducta posterior. “Estos animales no están diseñados para el espectáculo ni para soportar ese tipo de presión. Someterlos a estas prácticas es condenarlos a un sufrimiento innecesario”, advirtió.
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