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Ecuador

“Solo quiero justicia para mi hijo”: el clamor del padre cuyo niño recibió sin vida
Alejandro Quintana rompió el silencio tras la muerte de su hijo de seis años, hallado sin vida dentro de su escuela en el sur de Ambato.
Han pasado cinco días desde que Neil, un niño alegre y curioso, fue encontrado sin vida dentro de la Unidad Educativa Luis A. Martínez Agropecuaria, al sur de Ambato.
Su padre, Alejandro Quintana, recuerda con voz temblorosa aquella mañana del lunes 20 de octubre: “Lo dejé a las 7:55 con su maestra. Nadie me dijo que ella se iba ausentar. Mi hijo estaba feliz, con su lonchera y su sonrisa”.
Tres horas después, todo cambió. A las 10:20 su esposa lo llamó: el niño se había ahogado, pero le aseguraron que lo atendía una ambulancia. “Creí que era un accidente leve, corrí al colegio... pero nadie nos recibió. Caminamos con miedo y lo primero que vi fueron sus zapatitos negros. Estaba cubierto con una bata médica dentro de la ambulancia. Mi hijo ya no tenía vida”, relató entre sollozos.
“Nadie me ha dado la cara”
Desde entonces, ninguna autoridad del plantel se ha acercado a darle explicaciones, asegura. “A mi hijo se los entregué vivo, radiante, y me lo devolvieron sin alma. Nadie me ha dado la cara. Nadie me ha dicho qué pasó”.
Con la voz quebrada, pide justicia y respeto a la memoria de su primogénito. “Mi hijo era un niño sano, perfecto. No inventen cosas. No quiero fama ni mentiras, solo justicia. Porque aunque mi hijo ya no esté aquí, tiene quien lo defienda.”
La autopsia determinó asfixia mecánica por ahogamiento accidental. Según el reporte Policía, el menor fue hallado flotando en una laguna de peces dentro del plantel. La maestra titular estaba ausente, por una cita médica, y los niños quedaron al cuidado de una docente pasante quien se percató de la ausencia y alertó para su búsqueda.
Desde el Distrito de Educación de Tungurahua informaron que se inició una investigación exhaustiva y se brinda apoyo psicológico a la familia.
“¿Cómo dejan solos a nuestros hijos? ¡Hasta unas escaleras son peligrosas! Uno se confía que a más de recibir educación dentro del plantel, también les den seguridad”, lamenta Alejandro.
“Solo quiero justicia para mi pequeño Neil”, recalca.

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