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Celia Cruz irradiaba alegría en cada escenario; su voz y su presencia siguen siendo sinónimo de fuerza y sabor.CORTESÍA

¡Azúcar! 100 años del legado inmortal de Celia Cruz

La Reina de la Salsa cumpliría 100 años y el mundo celebra su legado con música y homenajes

El planeta entero rinde tributo al centenario de Celia de la Caridad Cruz Alfonso, la incomparable Reina de la Salsa, una voz cuya fuerza y sabor aún estremecen fronteras. Nacida el 21 de octubre de 1925 en Santos Suárez, un barrio lleno de ritmo en La Habana, Celia Cruz erigió una carrera que marcó un antes y un después en la historia de la música latinoamericana.

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Con una carrera que se extendió por más de medio siglo, Celia Cruz transformó cada escenario en una fiesta de sabor y fuerza. Su despegue llegó con La Sonora Matancera, y su consagración con Tito Puente y la Fania All Stars, donde su voz se convirtió en bandera de la salsa. Su carisma trascendió fronteras al colaborar con artistas de talla mundial como Luciano Pavarotti y Marc Anthony.

Canciones como Químbara y La vida es un carnaval se convirtieron en himnos de alegría, fuerza y esperanza. Con ellas, Celia celebró la vida y reivindicó sus raíces, convirtiéndose en un símbolo del orgullo afrolatino y de la resistencia cultural. En un mundo musical dominado por hombres, impuso su voz, su estilo y su colorido inconfundible. Su grito de “¡Azúcar!” trascendió como un estandarte de identidad, sabor y poder.

El ‘tumbao’ de una mujer sin fronteras

Celia Cruz y Tito Puente compartieron escenario y amistad, creando algunos de los momentos más memorables de la música latina.CORTESÍA

Se dice que su famoso grito surgió en un restaurante de Miami, cuando al preguntarle cómo deseaba su café, Celia respondió con un vibrante “¡Con azúúúcar!” que quedó grabado para siempre en la historia de la música. Desde entonces, esa palabra se convirtió en su marca de vida, una forma de decirle al mundo que la dulzura también puede ser fuerza.

Su espíritu innovador la llevó a experimentar con nuevos sonidos hasta sus últimos años. En 2002 lanzó La negra tiene tumbao, un disco que fusionó salsa con rap y hip hop, demostrando que su música seguía evolucionando sin perder su esencia. Temas como Guantanamera, interpretado en el Congo ante un público eufórico, consolidaron su alcance global y su conexión con las raíces africanas de la música caribeña.

Celia Cruz fue, y sigue siendo, una revolución sonora. Cada acorde suyo cuenta la historia de una mujer que nunca olvidó su tierra, aunque el exilio la obligara a dejar Cuba tras la llegada de Fidel Castro al poder en 1960. Nunca volvió, pero su voz, profunda, vibrante, libre, hizo que el mundo entero se convirtiera en su escenario.

Homenajes que mantienen viva su leyenda

La moneda de 25 centavos emitida en Estados Unidos rinde homenaje a Celia Cruz, la eterna Reina de la Salsa.CORTESÍA

A 22 años de su partida, la figura de Celia Cruz sigue brillando con intensidad. Su legado será celebrado este año con múltiples homenajes. En el Callao (Perú) se erigirá una estatua en su honor; en República Dominicana se estrenará un musical inspirado en su vida; y en Nueva York, el Summer Stage de Central Park acogerá un gran concierto dedicado a su memoria

El 22 de noviembre se realizará el concierto “Celia Sinfónica” en el teatro Ziff Ballet Opera House, donde la Orquesta Sinfónica de la Universidad Internacional de Florida (FIU), con sede en Miami, reinterpretará sus temas más recordados, reafirmando que la voz y el espíritu de la Reina de la Salsa siguen más vivos que nunca.

Además, su imagen ha sido inmortalizada en objetos que trascienden generaciones: una muñeca Barbie creada por Mattel, una moneda coleccionable de 25 centavos en Estados Unidos, reediciones de sus discos en vinilo y una estrella en el Teatro Apollo de Harlem. Todos estos homenajes confirman que su legado no solo pertenece al pasado, sino que sigue inspirando a nuevas voces de la música latina.

Una reina eterna

Celia Cruz siempre jugó con el misterio de su edad, evadiendo la pregunta con humor y elegancia. Solo tras su muerte, en 2003, se reveló su verdadero nacimiento: el 21 de octubre de 1925, bajo el signo de Libra. Ese dato, más que una curiosidad, marca hoy el centenario de una artista que cambió la historia de la música tropical.

Nadie ha alcanzado aún su carisma, su prestigio ni su conexión con el público. Celia fue más que una intérprete: fue un símbolo de identidad, de alegría y de resistencia. Y aunque el tiempo siga avanzando, su voz, esa que gritaba “¡Azúúúcar!” con orgullo y sabor, continúa recordándonos que la vida, como su música, está hecha para bailarse.

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