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Familias enteras viajaron desde otras provincias para asistir al show.Karina Defas

Viajes desde Georgia o Milagro: todo por ver a Shakira en Quito

Fans de distintas provincias y países ahorraron durante meses, viajaron de madrugada para vivir la primera noche de la gira Las Mujeres Ya No Lloran.

Desde el primer acorde en vivo, el Estadio Olímpico Atahualpa se convirtió en un solo latido. A las 21:48 del sábado 8 de noviembre de 2025, Shakira apareció con un traje plateado con brillos y gafas oscuras, acompañada por sus bailarinas y por los fans que ganaron un puesto en la Caminata de La Loba.

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El rugido del público marcó el inicio. La artista abrió con La Fuerte, de su disco El Dorado (2017), seguida por Girl Like Me, colaboración con Black Eyed Peas, y Las de la intuición, del álbum Fijación Oral Vol. 1 (2005).

La cuarta canción fue Estoy aquí, una de las más esperadas. Las gradas del norte se unieron en un solo coro. Desde las primeras filas hasta los últimos asientos, todos cantaban.

Un recorrido por sus raíces

Durante casi dos horas, la artista presentó un repertorio que abarcó distintas etapas de su carrera. En Puro Chantaje se fue hacia el camerino mientras seguía cantando; las pantallas mostraron el recorrido en tiempo real hasta su cambio de vestuario.

Los videos con imágenes de la Shakira de cabello negro y pantalones de cuero sirvieron de antesala para Pies descalzos, un guiño a sus primeros años y a la etapa que consolidó su estilo.

El show duró dos horas, terminó a la medianoche.EFE

El espectáculo combinó percusiones, guitarras y bases latinas: los tambores africanos recordaron el Mundial de 2010 con Waka Waka, las guitarras eléctricas marcaron el bloque más roquero y los ritmos caribeños pusieron a bailar a las tribunas.

El montaje —con pantallas gigantes, luces sincronizadas y una pasarela que cruzaba la cancha— permitió a la artista acercarse al público. Los brazaletes entregados al ingreso se iluminaban al ritmo de cada tema. ¡Todo perfectamente coordinado!

Todo valió la pena

Entre los asistentes hubo quienes viajaron horas o días para vivir el concierto.

Sharon Constantino, ecuatoriana que vive en Georgia, Estados Unidos, llegó al país solo por 48 horas. “Vengo desde Estados Unidos, de Georgia. Solo por el concierto”, contó mientras esperaba el inicio. “Ya que pago un boleto caro, tenía que hacerlo valer”, agregó.

Los fanáticos hicieron largas filas para entrar al estadio.Karina Defas

Vanessa Zamora, junto a su esposo Franklin Bravo y su amiga Liliana Mayorga, llegaron desde Milagro, Guayas, en auto. “Salimos en la madrugada y manejamos toda la noche. Dejamos a mis papás y al niño en el hotel. No podíamos perdernos esto”, relató Vanessa.

Franklin, quien dijo que prácticamente fue 'arrastrado' por su esposa al concierto, finalmente se vistió con el atuendo que caracteriza el tema Las de la intuición: peluca morada y camisa blanca. “Acá tienen su sugar que pagó todo”, dijo entre risas.

En otra zona, Milena Mejía y Mayrin Maldonado, colombiana y venezolana que viven en Guayaquil, contaron que planificaron su asistencia desde meses atrás. “Ahorramos desde que supimos del concierto. Nos conectamos desde las cinco de la mañana para comprar las entradas”, dijo Mejía.

Estas amigas hicieron sacrificios, por ejemplo, dejar de comprarse ropa y zapatos, así como comer en casa para ahorrar al máximo y poder pagar entradas muy cerca de la artista.

Todos coincidieron en que el esfuerzo y los kilómetros valieron la pena.

Un sinfín de emociones

El tono cambió con Antología. El estadio entero cantó la letra, acompañado por los brazaletes que cambiaban de color al ritmo de la canción.

En el tramo final, una loba inflable se levantó al fondo del escenario y comenzaron a caer shakidólares, billetes con el rostro de la cantante. Fue el momento de Las mujeres ya no lloran, tema central de la gira mundial.

Entre tema y tema, Shakira se dirigió al público. “Se puede ser feliz soltero, casado, de un lado o del otro. Lo importante es que uno se sienta libre, porque el amor por el otro es muy bonito, pero es más bonito aún el amor propio.”

También agradeció al público ecuatoriano por esperarla tanto tiempo.

Un viaje por 30 años de trayectoria

En la segunda hora del show, la artista sorprendió con canciones que despertaron la nostalgia de sus seguidores más fieles.

Sonaron Si te vas, Cómo, dónde y cuándo, Última, Ojos así, Dónde estás corazón coreadas de principio a fin.

Shakira encantó con su repertorio y coreografías.EFE

El tono se volvió más íntimo con Día de enero, antes del cierre vibrante con Suerte, Waka Waka, La Loba y la BZRP Music Session Vol. 53, que encendió el estadio.

Las mujeres ya no lloran...

Shakira recorrió la pasarela, saludó al público y se despidió poco antes de la medianoche. Las luces se apagaron, pero las voces continuaron. Afuera, los fans seguían cantando y tomándose fotos con camisetas, cintillos y recuerdos del tour.

Sharon debía regresar al aeropuerto esa misma madrugada. Vanessa, Franklin y Liliana emprendían el viaje de regreso a Guayas. Milena y Mayrin se quedaban en Quito hasta el domingo para pasear por la capital.

Según la organización, el primer concierto reunió a más de 35.000 personas. Las siguientes presentaciones están previstas para el domingo 9 y martes 11 de noviembre, también en el Atahualpa.

Una artista sin fronteras

Más que un repaso de éxitos, el concierto fue un reencuentro entre generaciones y países. “No alcancé a verla en Miami, pero aquí estoy”, dijo Sharon antes de salir.

El Atahualpa volvió a brillar como en sus grandes noches. Para miles de personas, esa noche fue la confirmación de una artista que sigue llenando estadios y conectando historias, sin fronteras ni distancias.

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