La alerta llegó envuelta en miedo. Según relató la Policía española, todo comenzó cuando un padre —desesperado y sin respuestas de su hija— acudió a denunciar que había recibido un video que jamás pensó ver: su hija sangraba por la boca mientras, al fondo, se escuchaba el llanto de su nieta de apenas siete meses. Ese archivo fue la pieza inicial de una investigación que acabaría movilizando a fuerzas policiales de dos países y que culminó en Guayaquil con un operativo urgente y de alto riesgo.

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Un viaje familiar que se convirtió en encierro

La mujer, de nacionalidad española, había viajado en octubre a Ecuador junto con su hija para que el padre de la bebé —residente en Guayaquil— la conociera por primera vez. Lo que debía ser un reencuentro familiar terminó transformándose en un encierro violento.

De acuerdo con la información policial de España, "la víctima envió vídeos y fotografías donde se apreciaban las lesiones sufridas como consecuencia de las agresiones que el varón habría propinado a ambas". Las lesiones estaban repartidas por todo su cuerpo y, con el paso de las semanas, la violencia también alcanzó a la bebé: el hombre la golpeaba cuando lloraba.

La mujer alertó a sus padres de que su pareja había expresado algo que la aterrorizaba: le permitiría regresar a España en diciembre, pero la niña no saldría del país.

España activa la cooperación internacional

La denuncia formal se presentó en España a inicios de noviembre. Con el testimonio del abuelo y el material audiovisual que mostraba el último ataque, la Policía del país europeo abrió una investigación y solicitó de inmediato cooperación con las autoridades ecuatorianas.

Paralelamente, el Consejero de Interior de la Embajada de España en Ecuador y la UFAM Central comenzaron a trabajar para ubicar a la mujer. Las averiguaciones confirmaron que la situación era cada vez más crítica: las agresiones eran diarias y el riesgo para la bebé aumentaba.

Amenazas de disparar a la Policía y un despliegue urgente en Guayaquil

Cuando se logró identificar el lugar donde la mujer y su hija estaban retenidas —una vivienda en Guayaquil— se activó un operativo policial urgente. Según el informe oficial, el presunto agresor había advertido que abriría fuego si policías se presentaban en su domicilio.

Con esa amenaza sobre la mesa, las autoridades ecuatorianas enviaron dos equipos tácticos al sitio. La intervención fue rápida: localizaron a la mujer y a la menor y detuvieron al hombre sin que se produjeran disparos. Tanto la víctima como la bebé fueron trasladadas de inmediato a un centro hospitalario para recibir valoración médica.

Después de recibir asistencia sanitaria, la mujer rindió su declaración sobre la detención ilegal y las agresiones sufridas durante su estadía en Ecuador. Tanto ella como su hija permanecerán en una casa de acogida en Guayaquil hasta que se completen los trámites necesarios para su regreso a España.

La Policía Nacional de España confirmó la operación en sus redes sociales, subrayando que las pruebas remitidas por la víctima —fotos y videos— fueron claves para activar el protocolo internacional y salvar a ambas.

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