Un crimen atroz conmociona a Estados Unidos y al mundo. El pasado 22 de agosto de 2025, Irina Zarutska, una refugiada ucraniana de 23 años, fue asesinada brutalmente dentro de un tren en Charlotte, Carolina del Norte, frente a los pasajeros que viajaban en el vagón.

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El agresor fue identificado como DeCarlos Brown Jr., quien la atacó con un cuchillo sin mediar palabra. Tras su detención, confesó a su familia que cometió el crimen porque creía que la joven “le estaba leyendo la mente”.

El perfil del agresor: delirios y antecedentes psiquiátricos

Según Tracey Brown, hermana del acusado, su hermano padece esquizofrenia paranoide y mantenía la convicción de que el gobierno le había implantado un microchip en el cerebro. La mujer aseguró que Brown ya había intentado atacarla en 2022 y que desde su salida de prisión ese mismo año, su comportamiento se deterioró gravemente.

En llamadas telefónicas desde la cárcel, que fueron divulgadas por medios locales, Brown dio explicaciones incoherentes sobre el crimen, afirmando que una “sustancia en su cuerpo” lo obligó a matar a Zarutska. También acusó a su madre y a su hermana de “conspirar en su contra” y aseguró que el gobierno las “traficaba para llegar a él”, según el rotativo The Post.

La víctima: una joven que huyó de la guerra en Ucrania

Zarutska había llegado a Estados Unidos como refugiada tras la invasión rusa a Ucrania. Su historia conmovió aún más a la opinión pública, que ve en este crimen una tragedia doble: escapar de la guerra para morir violentamente en un país que buscaba ser su refugio.

El asesinato provocó indignación nacional e internacional y reabrió el debate sobre la seguridad pública y el manejo de pacientes con enfermedades mentales en Estados Unidos.

El presidente Donald Trump condenó el hecho en un comunicado en Truth Social, asegurando que el sospechoso había sido detenido en 14 ocasiones anteriores por delitos como robo a mano armada y allanamiento de morada, pero fue liberado bajo fianza sin efectivo.

Investigación federal en curso

El caso, por su gravedad, está siendo investigado por el FBI. El director de la entidad, Kash Patel, destacó la gestión de la fiscal general Pam Bondi, quien formuló cargos inmediatos contra Brown. “No debe salir nunca más de prisión para no atentar contra la vida de otras personas”, aseguró Patel.

Por el momento, Brown enfrenta cargos por asesinato en primer grado, permanece encarcelado sin derecho a fianza y se le realizará una evaluación psiquiátrica para determinar su capacidad mental al momento del crimen.

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