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Opinión

¡Te lo debemos, Bernardo!

No sé a qué iluminado del régimen anterior se le ocurrió que los medios de comunicación debíamos ocultar los rostros y escribir solo iniciales.

No sé a qué iluminado del régimen anterior se le ocurrió que los medios de comunicación debíamos ocultar los rostros y escribir solo iniciales de los nombres de quienes tienen cuentas pendientes con la justicia, como una medida de protección de derechos.

Informar sobre asuntos delictivos no significa que los periodistas tomemos partido con respecto a su situación legal. La presunción de inocencia está garantizada en el tratamiento de la noticia, es decir, que siempre serán considerados como sospechosos hasta que el juez decida lo contrario. Por eso indigna que delincuentes de amplia data deambulen anónimos, agazapados por las calles del país, buscando a sus próximas víctimas para quitarles todo lo que puedan, incluso la vida.

El sujeto que supuestamente asesinó a sangre fría al empresario Bernardo Avecillas Pozo en su restaurante de Urdesa, en Guayaquil, tenía un largo prontuario y había sido sentenciado a diez meses de cárcel en 2015.

El proceso es muy confuso, ya que su aprehensión se produjo por intento de asesinato contra un policía, pero en el proceso fue castigado por robo, como lo aseguró el mismo comandante de la Zona 8. Con todo lo dicho, resulta irrelevante llamarlo Elvis P., sino Elvis Pérez, sospechoso del crimen de Avecillas. Así de claro.

Es aterrador ver en los vídeos cómo se termina con la vida de un ciudadano que quiso defender a sus clientes de un asalto. Ahora se esconde, pero lo encontrarán. ¿Lo volveremos a ver libre, como si nada, mientras la familia del fallecido intenta sobrevivir? Ahí te quiero ver, justicia seria e independiente. ¡Te lo debemos, Bernardo!