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Opinión
Editorial: Por el futuro del país
El futuro del Ecuador no dependerá de discursos, sino de la voluntad ciudadana expresada en las urnas
Salud y educación de calidad; empleo digno; seguridad e instituciones libres de corrupción: ese es el Ecuador que anhelan la mayoría de ciudadanos y que buscan cada vez que acuden a las urnas. Hoy, esa aspiración vuelve a estar en juego con una de las preguntas de la consulta popular y referendo, que plantea la posibilidad de elaborar una nueva Constitución mediante una Asamblea Constituyente.
Se trata de una responsabilidad enorme para un país golpeado por la inestabilidad política, la crisis económica y la violencia criminal. Los ecuatorianos deberán decidir si mantienen la Carta Magna actual, creada en un contexto distinto al que vivimos hoy, o si apuestan por una nueva, capaz de responder a los desafíos contemporáneos y a las demandas acumuladas durante los últimos años.
El riesgo, sin embargo, es que ese proceso se utilice para disputas políticas o intereses particulares. Por eso, más que un cambio de texto, lo que realmente está en juego es el modelo de país que se quiere construir. El futuro del Ecuador no dependerá de discursos, sino de la voluntad ciudadana expresada en las urnas.