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Opinión
Editorial: El Estado no es aliado del deporte
El Estado debe dejar de ser un espectador y convertirse en un aliado del deporte
Detrás de la gloria deportiva no siempre existe el apoyo del Estado. La mano que realmente sostiene e impulsa a nuestros atletas (campeones del mundo o medallistas olímpicos) suele ser la de la empresa privada. Esa que no aparece para las fotos de los triunfos, pero sí para garantizar el desarrollo del deportista en la élite.
EXTRA, a través de una serie de reportajes, reveló esta semana el deplorable estado de los seis Centros de Alto Rendimiento. Espacios que, durante una década, han sufrido un deterioro imparable que comenzó en 2015, cuando se decidió recortar el presupuesto destinado al deporte. Un golpe silencioso que pasó ‘de agache’ gracias a la histórica cosecha de triunfos de nuestros atletas en atletismo, ciclismo, lucha, levantamiento de pesas y otras disciplinas.
Pero esos podios no nacieron en escenarios dignos. Nacieron, más bien, pese a ellos. Mientras los centros públicos muestran abandono, implementos dañados y total desinterés institucional, el sector privado ha sido el puntal que ha permitido una preparación adecuada, lejos de los escombros y la desidia estatal.
La excelencia no se sostiene con discursos, sino con inversión, planificación y espacios dignos. El Estado debe dejar de ser un espectador y convertirse en un aliado del deporte.