Exclusivo
Premium

Papá de Miguel Nazareno, jugador de Independiente, y su desgarradora confesión
Socio Vivienda 2 llora la muerte de Miguel Nazareno, jugador de Independiente del Valle
Miguel Nazareno vivía en el corazón de Socio Vivienda 2, al noroeste de Guayaquil. Allí creció, corrió tras una pelota y soñó con ser figura del fútbol. Pero desde hace cuatro años solo llegaba de visita a su antigua zona. Su destino estaba escrito en Independiente del Valle, donde vestía orgulloso la camiseta número 10.
Tenía apenas 17 años cuando la tragedia lo alcanzó en la esquina de la 15 y la K (suburbio), donde una bala perdida le apagó la vida y encendió el llanto de todo un barrio.
Miguel había regresado a Guayaquil después de jugar un partido en Cuenca. El feriado fue la excusa para ver a su familia. En Socio Vivienda 2 vive su padre, Wellington Nazareno, entrenador, exjugador de Segunda Categoría y fundador de una escuela de fútbol que lleva su nombre.
Confesión de un dolorido padre que también es entrenador
La joya de Socio Vivienda 2
El día de la desgracia lo llevó a una casa en la 15 y la K, porque era más segura que Socio Vivienda 2. Ironías de la vida. “Mi hijo estaba fuera de casa haciendo unos videos para TikTok, cuando pasaron unos desconocidos preguntando por alguien y comenzaron a disparar. Una bala en la cabeza fue mortal”, cuenta con la voz entrecortada.
La casa de los Nazareno en Socio Vivienda 2 es sencilla. Allí vivían ocho personas: los padres y seis hijos (tres varones y tres mujeres).
Con la 10 del Independiente del Valle
En la sala de ese hogar, un féretro color café guarda el cuerpo del chico que soñaba con jugar en Europa. Lo vistieron con la 10 de Independiente del Valle, la misma que Miguel decía que lo llevaría lejos, y le colocaron su gorra Calvin Klein, una de sus favoritas.
“Era alegre, buen hijo, obediente. Cuando se dieron los disparos, yo estaba dentro de la casa. Esa noche tenía que regresar al club. Vino un amigo, también jugador, y salió un momento. Pasaron dos personas buscando a otros muchachos y los confundieron. Le quitaron la vida”, recuerda entre lágrimas Wellington. Fue el 4 de noviembre, el día más amargo para la familia.

Iba a firma con el empresario
Lo más doloroso, dice su padre, es que Miguel había regresado a Guayaquil solo por unos trámites. “Faltaba una firma, ya estaba todo arreglado. Incluso tenía su primer representante, José Chamorro, quien iba a llevar su carrera. Era la joya de Socio Vivienda en Independiente del Valle”, expresa con orgullo y tristeza.
En el barrio, los vecinos aún no salen del asombro. Muchos lo recuerdan como el chico que siempre saludaba.
El entrenador Carlos Macías, amigo de Wellington, llegó al velorio para acompañarlo. “Miguel tenía talento, humildad y un futuro enorme. Era de esos jugadores que uno veía y decía: ‘Este chico va a llegar’”, comenta mientras abraza al padre.
Tuvo un paso por Barcelona
El recorrido de Miguel fue corto, pero intenso. Empezó en la escuela de su padre, en Socio Vivienda 2; pasó por las formativas de Barcelona, Nueve de Octubre y Norteamérica. Conoció Colombia a través de una gira internacional.
Finalmente, fue IDV el club que le abrió las puertas a sus sueños. Allí encontró apoyo, educación y todo lo necesario para crecer como futbolista y como persona, según su papá.
“Cuando llegó a Independiente, le dio gracias a Dios. Sabíamos que era la mejor salida para que no esté aquí. Cuando le dieron el número 10 fue mágico. Se motivó más, sabía que era cuestión de meses para llegar a Primera. Era un número 10 con gol, con visión y alegría”, dice Wellington mientras mira los pupos que su hijo usó en Cuenca. “Querían ponérselos en el ataúd, pero no los dejé. Es lo único que me queda de él”.

El padre intenta mantenerse fuerte, pero la prueba más dura lo esperaba en el sepelio. “Le pido a Dios fortaleza y sabiduría para soportarlo. Ahora es difícil, pero cuando lo sepultemos será peor. Solo Dios nos puede ayudar a sobrellevar el dolor”.
Frente a la casa hay una cancha de cemento. Allí Miguel jugaba de niño, cuando soñaba con ser como sus ídolos, cuando el barrio se reunía a verlo hacer magia con el balón.
Socio Vivienda 2 está de luto. Perdió a su joya, al muchacho de mirada alegre que iba a salir del barrio para poner su nombre en el mapa del balompié ecuatoriano. Miguel Nazareno, el número 10 de Independiente del Valle, se fue demasiado pronto.