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Como medida preventiva prohibieron que pescadores y bañistas se metan al mar.Luis Cheme / EXTRA

Economía naufraga tras alerta fallida de tsunami en costa ecuatoriana

En Esmeraldas, Manabí, Santa Elena y Guayas se afectaron actividades turísticas y pesqueras 

La costa esmeraldeña amaneció este miércoles 30 de julio de 2025 con el mar en calma y el cielo despejado. Pero en tierra, en Atacames, Las Palmas y Tonsupa, la tormenta era otra, la de pérdidas, incertidumbre y estómagos vacíos. La alerta de tsunami, emitida tras el terremoto de magnitud 8.8 en Rusia, provocó el cierre temporal de playas y una estampida de bañistas y viajeros, lo cual afecta al sector turístico en plena temporada alta de vacaciones de la Sierra.

Al amanecer, la Capitanía de Puerto notificó que los pescadores no podían salir a faenar, por prevención. Para Segundo Ramírez, fue como si le hubieran arrebatado el pan de la boca. “Hoy no hubo faena… y tampoco hubo comida en la casa”, dijo con la voz baja este padre de cinco hijos.

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Como a él, a decenas de pescadores se les fregó el día. Pero la cadena de afectación no termina en el mar. Si no hay pesca, no hay ceviche. Y si no hay turistas, tampoco quien compre.

En la playa Las Palmas, Luis Tello alquila sillas y parasoles. “No saqué ni para el arroz con huevo”, lamentó. “Vinieron policías, nos dijeron que despejemos, que la gente no se meta al agua... y la gente se fue toda”.

Lo mismo pasó en hoteles, bares y restaurantes. Javier Ortega, propietario de un hotel en Atacames, indicó que el martes tenía el 60 % de sus habitaciones ocupadas. Para el fin de semana proyectaba lleno total. “Bastó una publicación en redes que decía ‘¡Tsunami en camino!’ para que el 40 % se fuera. Por la mañana ya no quedaba casi nadie”.

Afectación por desinformación

“A alguien se le ocurrió subir una alerta falsa y se volvió viral”, contó Carlos Acosta, vicepresidente de la Cámara de Turismo de Esmeraldas. “La gente salió en masa, hubo videos de buses huyendo, colas en gasolineras. Después el Inocar aclaró, pero ya era tarde”.

La directora de Turismo de Atacames, Carmen Cusme, intentó ‘calmar las aguas’. “La playa no está cerrada, solo se pidió que no se metan al mar hasta las tres de la tarde. No hay tsunami, no hay riesgo visible. El mar está tranquilo”. Pero el daño estaba hecho ya.

Una ola de afectaciones en sectores productivos de Manta.Alejandro Giler / EXTRA

Impacto económico en puerto de Manabí

Una ola de afectaciones también se sintió en los sectores productivos de Manta, provincia de Manabí, con repercusiones en sectores decisivos de la economía local, como el turístico, el obrero y el marítimo.

En la playa El Murciélago, uno de los balnearios más visitados de Manta, el impacto fue evidente. Luis Ignacio Cedeño, quien se dedica al alquiler de carpas, admitió que fue un día perdido.

“Estamos en temporada alta, con la llegada de turistas de la Sierra, y estas playas suelen estar llenas. Pero hoy, por la emergencia, estuvo prácticamente vacío”.

En el muelle, los chaluperos, encargados del transporte marítimo hacia y desde los barcos fondeados, enfrentaron restricciones y limitaciones en sus operaciones.

Giovanni León, obrero naval, aseguró que muchas tareas se detuvieron por la incertidumbre que generó la alerta. “Fue un día perdido para nosotros, porque se suspendieron actividades que ya estaban planificadas”, explicó.

Los malecones de los balnearios fueron cerrados al público por prevenciónJoffre Lino / EXTRA

Turistas abandonaron balnearios

Los balnearios de la provincia de Santa Elena amanecieron desiertos. Personal militar y policial se desplegó en los malecones y accesos a las playas para hacer cumplir la disposición emitida la noche del martes por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Provincial, que prohíbe el ingreso a los balnearios y suspende las actividades marítimas.

Algunos pescadores de los puertos de Santa Rosa y Anconcito aseguraron que esta decisión implica pérdidas económicas.

“Queríamos ir a ver las ballenas, pero hoy (miércoles) no se va a poder”, lamentó Glenda Hidalgo, turista oriunda de Loja, en Salinas.

La noticia del posible tsunami también provocó que numerosos turistas regresaran a sus ciudades de origen. En gasolineras y vías de salida de la Península se registró una alta afluencia de vehículos, especialmente durante la mañana, en la carretera hacia Guayaquil.

Otras familias decidieron evacuar preventivamente hacia zonas altas. Uno de los puntos más concurridos fue el cerro El Tablazo, considerado la parte más elevada de la ciudad de Santa Elena.

En balnearios como Ballenita, Montañita, San Pablo y Olón, las autoridades colocaron banderas rojas y reforzaron los controles para impedir el ingreso al mar.

“Es un día perdido para quienes trabajamos en turismo, pero entendemos que es necesario para evitar una tragedia”, comentó Luis Tenempaguay, representante de la Cámara Provincial de Turismo.

La actividad pesquera se redujo notablemente en Playas.Néstor Mendoza / EXTRA

Pocos comedores abrieron

En el cantón Playas (Guayas), el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Cantonal activó su plan de contingencia y dispuso el cierre total de la playa y la prohibición de actividades comerciales y turísticas en el malecón y zonas aledañas. Además, se reactivaron los puntos de encuentro seguros y se reforzaron las rutas de evacuación.

La actividad pesquera se redujo notablemente. En la mañana, el malecón lucía desierto. Pocos comedores abrieron sus puertas. El comercio de mariscos se mantuvo con los productos obtenidos durante la madrugada, antes de que se restringieran las faenas.

Hasta el mediodía, el mar se mantenía en calma, con una bandera amarilla ondeando como señal preventiva.

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