La Fiscalía solicitó a la Defensoría Pública que asignara a uno de sus funcionarios para que ejerza la defensa técnica de un individuo que no ha sido ubicado por las autoridades y que sería el sospechoso del femicidio de Dayana Pérez.

La joven, de 29 años, fue hallada sin vida y con signos de violencia dentro de un vehículo en Carcelén, norte de Quito, el pasado 5 de abril. Este caso causó conmoción en la capital porque el criminal supuestamente se habría ‘paseado’ con el cadáver desde el sur de la ciudad antes de abandonarlo.

Este jueves 11 de septiembre se realizará la audiencia de formulación de cargos contra el novio de la víctima, según Fernanda Pérez, ñaña de la víctima.

Ella denuncia que el sospechoso sigue prófugo y exige que se emita una boleta de captura inmediata, porque existen indicios de que aún estaría dentro del país. “Mientras no se tenga esa boleta, no se puede hacer nada”, expresa.

Por eso, mientras se instala la diligencia judicial en la Casa de Justicia de Carcelén, en las inmediaciones se realizará un plantón para exigir justicia.

Evidencias contundentes

Fernanda afirma que durante la investigación, la Fiscalía encontró varios indicios en contra del fugitivo, quien es de nacionalidad venezolana.

Menciona, por ejemplo, que encontraron sus huellas dactilares en el cuello de Dayana, quien murió por asfixia por estrangulamiento, según la autopsia. Antes de esto, la mujer recibió un golpe contundente en la cabeza y tenía fracturada la nariz.

Los agentes también encontraron ropa de trabajo que el sospechoso habría dejado en el carro donde hallaron el cadáver de la víctima, además de la tarjeta de crédito de su madre. Además, había dinero de Dayana manchado de sangre

Otra evidencia que implicaría a su pareja es un video donde se lo observa abandonando el vehículo en Carcelén después del crimen.

La familia reclama que el automotor donde se halló el cuerpo fue devuelto al dueño (jefe del sospechoso) y que aún no reciben pertenencias de Dayana, como su dinero y su teléfono.

¿Dónde está el sospechoso?

Fernanda lamenta que, pese a la abundancia de pruebas, el sospechoso tuvo tiempo para fugarse. “Si se hubiera actuado a tiempo, quizá lo atrapaban junto al cadáver de mi hermana”, reclamó. 

El dolor de la familia es aún mayor por las dos hijas de Dayana, de 12 y 8 años, quienes ahora están bajo el cuidado de su abuela materna. Las niñas reciben atención psicológica y tienen resguardo policial todos los días. Su vida cambió radicalmente.

Fernanda Pérez también está preocupada por su madre, porque durante el juicio deberá revivir el trágico crimen. “Ella todavía no ha visto las fotos de cómo le encontraron los policías. Antes de enterrarla tuvieron que reconstruirle el rostro a mi hermanita”, explica.

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