Por responder a un llamado de auxilio, Raúl Bayas, dirigente nacional de la Confederación de la Junta del Campesinado y referente comunitario de Quero, Tungurahua, terminó colgado, quemado y gravemente herido.

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Según su esposa, Maribel Medina, todo ocurrió el sábado 5 de julio en la comunidad de Totorillas, cantón Guamote, provincia de Chimborazo, durante lo que califica como una emboscada disfrazada de proceso comunitario.

En diálogo telefónico con Diario EXTRA-EXPRESO, Medina relató que su esposo salió de casa a las 07:00 tras recibir varias llamadas de comuneros que solicitaban su mediación en un conflicto por abigeato (robo de ganado). Entre los aprehendidos estaba una mujer conocida como alias ‘Mamá Lucha’, quien ya habría sido capturada meses atrás por el mismo delito en Tungurahua.

Incluso una socia de la Junta del Campesinado le pidió que intercediera por su hijo, también acusado. Confiado en su experiencia como conciliador, Bayas decidió asistir.

“Pero era una trampa”, afirma su esposa.

“No lo llamaron por respeto, lo llamaron para vengarse. Mi esposo ya había participado en un proceso similar en Tungurahua, donde estas personas fueron sancionadas. Ahora, dirigentes indígenas nacionales querían verlo muerto”, denunció.

Así habría sido la tortura

Raúl Bayas llegó a la asamblea del Parlamento Indígena en Totorillas dispuesto a mediar, pero fue acusado por los comuneros de pertenecer a la banda delictiva. Según el relato de su esposa, lo rodearon y lo sometieron a torturas inhumanas.

“Lo colgaron de los brazos durante horas, lo golpearon, lo quemaron y le gritaron que ahí iba a morir”, expresó entre lágrimas Medina.

Además, incendiaron su camioneta y lo presionaron para que pidiera perdón, algo que él se negó a hacer.

“Yo no soy un delincuente”, habría respondido, según le contó a su esposa cuando logró verlo en el hospital.

12 horas de tortura y castigos comunitarios

Raúl fue retenido por más de 12 horas. Otros cinco acusados también fueron sometidos a rituales de justicia indígena, incluyendo quemaduras y latigazos. Además, la comunidad les impuso varias sanciones:

• Reparación económica de $ 7.000
• Prohibición de denunciar el hecho ante las autoridades
• Restricción total de entrada a territorios indígenas
• Cooperación obligatoria para ubicar a otros sospechosos

Alias ‘Mamá Lucha’ permanece retenida en la comunidad, a la espera de que se devuelva el ganado presuntamente robado.

Estado crítico y supuestas amenazas a la familia

Raúl Bayas fue finalmente entregado a sus familiares, pero con graves heridas. Tiene quemaduras de consideración, riesgo de perder la movilidad en sus brazos y su estado de salud es reservado. Permanece hospitalizado bajo resguardo policial, mientras su familia denuncia constantes amenazas.

“Nos quieren obligar a retirar la denuncia, pero no voy a callar. No después de lo que le hicieron”, sostiene Maribel Medina con firmeza.

La mujer añadió que tuvo que pedir ayuda al ECU 911 para encontrar a su esposo.

“Cuando lo vi no lo reconocí. Tenía las manos caídas, quemadas… me rompieron el alma”, dice con dolor.

Investigación en espera

Hasta el momento no existe un pronunciamiento oficial del Consejo de Justicia Indígena ni de otras autoridades. La familia exige protección y justicia para Raúl Bayas, mientras teme por su seguridad.

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