Un hombre de 35 años sufre pérdida auditiva en el oído izquierdo y constantes mareos. Mañana deberá someterse a su tercera cirugía. Una cicatriz de más de 20 centímetros en su cráneo revela lo cerca que estuvo de perder la vida.

El ciudadano es oriundo de Alangasí, una parroquia ubicada en el suroriente de Quito, y la madrugada del 14 de agosto del 2025 le dieron un tiro en la cabeza.

¿Quién es el agresor?

Según el afectado, el responsable sería un policía de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) que en aquella ocasión fue a buscar a su expareja que se encontraba en una reunión social en la que también estaba la víctima.

En su relato señala que el agente habría tumbado la puerta del domicilio donde se realizaba la fiesta. Disparó por dos ocasiones para amedrentar a los presentes e intentó golpear a su exnovia. En ese momento el afectado se interpuso y lograron que el policía se marchara.

Minutos después, el sujeto habría regresado para increpar a la víctima, lo habría golpeado y luego disparado en la cabeza. Después huyó.

Denuncian trabas legales

Familiares de la víctima colocaron la denuncia por tentativa de asesinato en la Fiscalía de Rumiñahui, al día siguiente del ataque, mientras el afectado era intervenido quirúrgicamente para salvar su vida.

Desde entonces la familia y la defensa del afectado denuncian trabas en la institución policial y el sistema de justicia para que se resuelva el caso.

Fernando Castillo, abogado de la familia comentó que el ataque salvaje debió ser procesado en flagrancia pero no se hizo porque, según él, los agentes que supieron del hecho intentaron encubrir a su compañero. “Existe un espíritu de cuerpo notable”.

Además, señaló que hay entorpecimiento en las investigaciones porque tienen más de un mes esperando que se despachen algunos escritos para determinar la responsabilidad del gendarme, pero no han obtenido respuesta.

Medidas de apoyo a la víctima

Por esa razón, decidieron presionar con medidas de hecho. El 16 de octubre hicieron un plantón en las afueras de la Fiscalía, en el centro norte de Quito donde gritaron consignas para que dé celeridad al proceso judicial. 

El afectado y su familia denunciaron que días después del altercado recibieron amenazas de personas desconocidas. Por esta razón, su abogado solicitó medidas de protección para la víctima y su círculo cercano, pero no han obtenido respuesta.

Por si fuera poco, el policía sigue en funciones y al ser del UMO, sería parte del contingente que se encuentra brindando seguridad en las movilizaciones convocadas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE).

EXTRA tuvo conocimiento desde Asuntos Internos de la institución que se ha abierto un proceso investigativo por este caso y no dieron mayores detalles. 

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