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Secuestros en Ecuador: 95 casos en 4 meses, ¿hay que repensar estrategia policial?
En 2024, una nueva unidad policial emergió para responder a los secuestros en Ecuador. Expertos analizan cómo afinar la estrategia
Entre el 1 de enero y el 4 de mayo de 2025, la Policía Nacional recibió 95 denuncias por secuestros. La cifra real de este tipo de delitos es mayor, considerando que muchas víctimas no denuncian por temor y los casos aumentan en ciudades con más índices delictivos como Guayaquil. Entonces, ¿la estrategia policial debe cambiar?
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La institución actúa ante estos casos a través de dos unidades: la Unidad Anti Secuestros y Extorsión (Unase) y la joven Fuerza de Investigación Contra la Extorsión (FICE), creada hace poco más de un año, en marzo de 2024.
La FICE emergió para contener y reducir la incidencia del incremento de extorsiones y secuestros. Cuando se anunció su puesta en práctica, se indicó que su período de implementación iba a ser hasta contener y reducir estos hechos. Actualmente, en mayo de 2025, la unidad continúa operando.
“Está compuesta específicamente por todas las fortalezas de talento humano, recurso tecnológico, y sobretodo especialidad de nuestras unidades investigativas. La está liderando la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased), a través de su unidad especializada, la Unidad Anti Secuestros y Extorsión”, indicó en aquella época de 2024 el general Freddy Sarzosa, quien por entonces tenía el cargo de director Nacional de Investigación de la Policía.
Esa estructuración se complementa con el apoyo de las unidades tácticas de la institución, como el Grupo de Intervención y Rescate (GIR) y el Grupo de Operaciones Especiales (GOE), así como de las unidades de Aeropolicial, Criminalística y Ciberdelito.
¿Otra unidad es la solución?
Para Kléber Carrión, oficial policial en servicio pasivo y fundador de la Unase, la estrategia de haber creado otra unidad responde, en parte, a que las capacidades operativas de las otras unidades quedaron mermadas, ya que los secuestros han proliferado en el país.
“Por eso, la Policía toma esta decisión de ir haciendo otros frentes que coadyuven con una misma finalidad”, dice. Añade que podría haber cierto cuestionamiento porque se divide el trabajo por delitos, pero eso ocurre porque, precisamente, el secuestro sumado a la extorsión, son de los ilícitos que más están perjudicando a la sociedad.
🚨#ATENCIÓN ||
— Policía Ecuador (@PoliciaEcuador) March 24, 2025
Si cuentas con información sobre organizaciones delictivas dedicadas a los delitos de secuestro y extorsión.
👉 Comunícate al 1800 DELITO (335486).#PolicíaEcuador pic.twitter.com/f1Ke3GOYla
Carrión considera que esta medida no es negativa, pero sí recalca que es necesario realizar una evaluación de su implementación, para ver si en realidad ha sido eficaz o no.
En su visión, para un mejor resultado, se podría analizar como estrategia que, en vez de crear una nueva unidad, sea una dirección nacional enfocada a secuestros y extorsiones. Esto permitiría una mayor capacidad de respuesta.
Pone de ejemplo el Gaula (Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal), en Colombia, enfocado al combate de secuestro y extorsión.
“El Gaula fue un poco más allá, e incluso tiene un grupo operativo que nosotros no tenemos, aquí se usa el GIR y el GOE para este tipo de operaciones. La Unase hace la parte de inteligencia y hay grupos operativos que hacen la parte operacional. El Gaula opera como un solo cuerpo”, compara.
Adicionalmente, el experto en seguridad enumera otras limitantes en la intención de frenar la escalada de secuestros. Una de esas complejidades es que estos delitos requieren investigaciones muy técnicas, que no siempre cuentan con las colaboraciones requeridas.
“Estos delincuentes se cuidan tanto en las comunicaciones. Se requieren hacer triangulaciones de celulares y aquí nosotros no tenemos una normativa que le diga a las empresas (telefónicas) que te ayuden, lo hacen como un favor y más lo hacen cuando hay presión política”, argumenta.
Otra limitación es que también se requiere contar con personal policial capacitado para realizar negociaciones, los cuales asesoran a las familias para obtener más información que permita resolver el caso. Pero, según Carrión, “Ecuador no ha estado formando últimamente negociadores”.
Considera que, actualmente, cuando el país está retomando los asesoramientos y colaboraciones de otros países en materia de seguridad, es necesario que esas relaciones se aprovechen para que los agentes reciban formaciones.
Finalmente, Carrión señala que otra debilidad es la fragilidad del sistema judicial, que permite la reducción de las sentencias y que los privados de libertad por secuestros entren y salgan de las cárceles, facilitando que más pillos se interesen por incurrir en secuestros.

Se debe afinar el enfoque investigativo
José Luis Castillo, general en servicio pasivo del Ejército Ecuatoriano y docente universitario, igual que Carrión, apunta a fortalecer la investigación técnica, apuntalando los recursos electrónicos y tecnológicos, que permitan identificar y localizar a las organizaciones criminales.
En su análisis de la capacidad investigativa de la Policía, considera que la institución está desbordada por tantos casos que debe indagar, por lo cual cree necesario discutir si la Fiscalía debería tener su propio cuerpo policial para tratar ciertos delitos. Eso evitaría, en gran medida, que las víctimas esperen por largo tiempo a que se les asigne un agente policial para que inicie su labor de investigación.
“Otro pilar es la inteligencia económica, financiera, porque esta gente mueve dinero. ¿Quién tendría que apoyar en el control del crimen organizado? La Unidad de Análisis Financiero y Económico (UAFE), que tiene que ser absolutamente potencializada. Podría pasar, incluso, a nivel de subsecretaría”, expresa.
Renato Rivera, especialista en economía del crimen organizado y seguridad internacional, explica que la Unase no debería actuar únicamente a partir de la denuncia ciudadana, sino generar investigaciones a través de equipos multidisciplinarios o entre las unidades de la Policía Nacional.
“Secuestros y extorsiones trabajan por un lado, tráfico ilícito de drogas trabaja por otro lado, minería ilegal igual. Pero, normalmente, en estos tres mercados ilícitos son los mismos grupos delictivos que se dedican a eso. Entonces, se sugiere generar investigaciones criminales a toda la estructura y no atender caso a caso”, argumenta.
Un segundo momento de ese proceso -dice- son las investigaciones financieras al grupo delincuencial ya identificado, coincidiendo con Castillo. Este proceso permite determinar a dónde van esos recursos que pagan las víctimas y poder dar golpes contra estas estructuras, para retirar bienes y limitar su financiación.

¿Qué indica la Policía Nacional sobre la situación?
La Policía Nacional informó a este Diario que ejecutó operativos para atender los 95 casos que, hasta el 4 de mayo, le fueron denunciados.
“La Unase (Unidad Antisecuestros y Extorsión) de la Policía Nacional del Ecuador no solo actúa en situaciones de crisis y rescates, sino que también impulsa diversas medidas preventivas para reducir el riesgo de secuestros. Estas estrategias están orientadas tanto a educar a la ciudadanía como a reducir oportunidades delictivas”, comunicó la entidad.
EXTRA también consultó más detalles de la influencia de la reciente unidad FICE en la resolución de secuestros y solo se indicó que se atendió los 95 casos presentados.
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