La mañana de este lunes 20 de mayo, los moradores del barrio Los Pinos, ubicado en el sector de La Pulida Alta, al noroccidente de Quito, se llevaron un fuerte susto al encontrar un cuerpo completamente calcinado en un camino de segundo orden que conduce hacia un tanque de agua del sector. El hallazgo generó consternación entre los habitantes, quienes aún intentan comprender lo sucedido.

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Según testigos que prefirieron mantener el anonimato por temor a represalias, fue alrededor de las 06:30 cuando una vecina que bajaba por la vía empedrada dio la alerta tras ver lo que, en primera instancia, pensó que era basura quemada. Sin embargo, al acercarse, se percató de que se trataba de un cuerpo humano. De inmediato, la noticia se difundió entre los moradores, quienes acudieron al sitio a verificar lo ocurrido.

Un residente explicó que, por los rasgos visibles en el cadáver, se trataría de una mujer joven, posiblemente de entre 15 y 17 años. “El lado izquierdo del cuerpo estaba completamente quemado, pero aún se alcanzaba a ver algo. Parecía una chica muy joven”, relató. Ante la gravedad del caso, los vecinos se contactaron con la Policía, que envió personal especializado para realizar el levantamiento del cuerpo y las primeras diligencias investigativas.

Los residentes de La Pulida no vieron nada extraño

La escena fue cercada por agentes de Criminalística, quienes recogieron evidencias y trasladaron el cuerpo a la morgue de la Policía, occidente de Quito, para continuar con las pericias que permitan establecer la identidad de la víctima y las causas exactas de su muerte.

Lo que más ha inquietado a los moradores es que no escucharon ruidos ni observaron movimientos extraños en la noche previa al hallazgo. “No vimos ni un carro ni escuchamos nada. Además, aquí no hay cámaras de seguridad y esta calle carece de alumbrado público”, explicó otra residente, lo que complica aún más las investigaciones.

Las autoridades continúan con las indagaciones para esclarecer este violento hecho. Según los habitantes, es la primera vez que ocurre un caso de esta magnitud. "Lo único que hay aquí son libadores, pero nada más grave se ha registrado", murmuraban los testigos.

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