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Viernes 13: La nueva banda criminal que siembra el terror en Quito
Esta estructura delictiva estaría detrás del doble crimen que se registró en El Conde en el sur de la ciudad. Dejaron panfletos con amenazas
Una nueva banda criminal pretendería imponer el miedo en el sur de Quito, luego de un doble crimen que se registró en El Conde, la noche del sábado 17 de mayo: dos sujetos fueron asesinados a tiros dentro de una peluquería de en el sector Villa Solidaridad.
Uno de ellos era el barbero Leonardo Riera, quien tenía 25 años y era de nacionalidad venezolana. El extranjero recibió varios impactos de bala en su espalda. La otra víctima mortal fue identificada como Edison Untuña, un guardia de seguridad de 33 años, quien pereció con tres tiros en la cabeza.
Cerca de los cadáveres, los criminales dejaron panfletos con amenazas. En una de estas hojas se leía: “Esto les va a pasar a todos los Ñetas, Choneros, Tiguerones, Pacífico 26, Los Box... empezó la limpieza”. Al final de cada panfleto estaba escrito “atentamente: Viernes 13”.
El coronel Marco Enríquez, subcomandante de Policía de la capital, señaló que el nombre de esta estructura criminal es nuevo y que, en la escena, se recogieron evidencias que ayudarían a encontrar a los responsables de este violento suceso.

¿Quién era el objetivo de los Viernes 13?
Enríquez indicó que ninguna de las víctimas registraba antecedentes penales y que determinarán qué tipo de vínculo tenían ambos sujetos. Preliminarmente, manejaban la hipótesis de que el hecho respondería a una posible pugna de poder entre bandas delictivas.
Además, en uno de los panfletos decía: “Vamos por ti, La Madrina. Vives en Cutuglahua”. Esta parroquia se encuentra en la periferia sur de la capital y colinda con el cantón Mejía.
Los testigos del hecho relataron a los policías que dos individuos en una motocicleta negra habrían sido los responsables del doble crimen. El copiloto se habría bajado del vehículo, para sacar su arma de fuego y comenzar a disparar a los presentes.
Algunos clientes lograron escapar de la balacera, pero Riera y Untuña no lo lograron. El padrastro del extranjero, quien trabaja en un taller de motocicletas cercano, llegó desesperado con la intención de salvarle la vida a su pariente, pero fue tarde.

El señor también señaló que una persona desconocida trató de botar los panfletos a la basura; sin embargo, se lo impidieron y luego pudieron entregarlos a la Policía.
Familiares de Untuña comentaron que él solo era un cliente y esperaba su turno para que le corten el cabello. “Estaba en el lugar menos indicado”, señaló una sobrina.
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