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Ecuador

Santo Hermano Miguel en Loja: Peregrinación de reliquias dejó mensaje de fe
El religioso, canonizado hace 40 años, regresó simbólicamente al sur del país en una peregrinación que reavivó la historia de la educación lasallista
Con un acto en la parroquia Santo Hermano Miguel de Orianga, en la provincia de Loja, finalizó la peregrinación de las reliquias del Santo Hermano Miguel en la Diócesis lojana. Desde la llegada de los restos, estudiantes, docentes, padres de familia y feligreses oraron y conocieron más del santo ecuatoriano canonizado, patrono de los educadores y catequistas del país.
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En cada templo y colegio que visitó, se manifestó el fervor. El Hermano Edwin Arteaga lo resume con voz emocionada: “Es un momento muy bonito y conmovedor. El Santo Hermano Miguel nos acompaña como un hermano mayor que intercede ante Dios por nuestras necesidades y nos inspira a continuar la misión educativa y cristiana que él inició”.
Las reliquias estuvieron en instituciones como Miguel Ángel Suárez, Marianitas, Inmaculada, La Porciúncula, San Francisco y La Dolorosa. En cada parada, los cánticos, oraciones y flores se mezclaron con el eco de los recuerdos.
El rector del santuario del Santo Hermano Miguel en Quito, Jampier Zambrano, explicó que esta peregrinación busca “llevar un mensaje de esperanza y fortalecer la fe en las comunidades”.
La peregrinación en Loja culminó el domingo 26 de octubre y según informó Zambrano, el recorrido lo retomarán en noviembre, cuando inicien un periplo por parroquias de Latacunga, Ambato, para después ir a Guayaquil.

Su entrega a Dios
Detrás de la devoción hay una historia que parece escrita para la fe. Miguel Febres Cordero nació en Cuenca el 7 de noviembre de 1854, con una malformación en los pies que le impedía caminar. A los 5 años, según la tradición, se le presentó la Virgen María en el jardín y se obró el milagro: él pudo ponerse de pie.
Desde entonces, su vida fue una ofrenda a la enseñanza y el servicio. Fue uno de los primeros alumnos de los Hermanos de La Salle en Ecuador. Escribió libros de gramática, historia y geografía, y dedicó su obra a niños y comunidades humildes.
Murió el 9 de febrero de 1910 en España, pero su legado trascendió fronteras. Sus restos fueron trasladados a nuestro país en 1937.
Para Lady Alvarado, rectora del colegio José Antonio Eguiguren de La Salle, su presencia en Loja es más que simbólica. “El Hermano Miguel representa la unión entre la educación, la fe y la formación integral de nuestros estudiantes. Es el corazón de nuestra comunidad”.
En este 2025, la congregación lasallista celebra 118 años de su llegada a Loja, un lazo espiritual y educativo que comenzó en 1907 y que sigue vivo. Las reliquias del Santo Hermano Miguel no solo recorren templos; también corazones, reavivando así la fe, esperanza y el amor por la enseñanza.
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