La caída del precio del huevo se siente en todo el país. En tiendas, mercados y supermercados, la cubeta de 30 unidades se ofrece entre USD 2,10 y USD 2,30. 

Para el consumidor, es un respiro directo al bolsillo en medio del incremento general de alimentos. Las familias gastan menos, los comedores populares reducen costos y los negocios que dependen del huevo —panaderías, pastelerías, cafeterías— aprovechan el momento.

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Pero este beneficio tiene un reverso: el sector avícola está operando con pérdidas, y su situación ya es crítica.

Lo que muestran los datos oficiales

Los boletines del Sistema de Información de Precios Agropecuarios (SIPA) muestran que cuando existe sobreoferta, el precio del huevo cae con fuerza. Un ejemplo real: en diciembre de 2020, la cubeta de 30 huevos tipo mediano llegó a USD 2,23, uno de los registros más bajos del sistema.

El INEC, mediante la encuesta ESPAC, confirma que el 92 % de la producción de huevos proviene de planteles avícolas. El país tiene una capacidad productiva enorme que, si no está alineada con la demanda, termina saturando el mercado y derrumbando precios.

¿Por qué está tan barato el huevo?

Ecuador produce alrededor de 3.650 millones de huevos al año, según datos sectoriales. El ingreso acelerado de aves reproductoras aumentó el número de ponedoras más rápido de lo que creció el consumo.

El objetivo de exportar a Colombia generó expectativas que no se cumplieron: ese país también enfrenta un excedente del 8 % y tiene precios deprimidos.

La voz del sector: “Un año desastroso”

En declaraciones al medio agrícola El Productor, Edgar Navarrete, integrante de la Asociación de Avicultores de Puéllaro, lo resume sin rodeos.  “Ha sido un año desastroso para los productores”.

Navarrete explica que tras un primer semestre favorable, los precios se hundieron desde septiembre. Hoy las cubetas se venden desde USD 1,40 y las más caras apenas llegan a USD 2,20.

El costo promedio de producción es de USD 2,60, por lo que todo se vende con pérdida.

El problema de fondo

Según Navarrete, el crecimiento acelerado de parvadas se dio por la expectativa de exportar a Colombia, pero ese mercado también está saturado. Otros destinos no son opción porque el huevo no soporta viajes largos.

Para contener pérdidas, muchos avicultores están:

• Sacrificando gallinas antes del final de su ciclo,
• Vendiéndolas a precios mínimos,
• Liquidando lotes que normalmente se conservarían más tiempo.

¿Cómo afecta todo esto al consumidor?

1. Beneficio inmediato

• El huevo está barato.
• La canasta familiar se abarata momentáneamente.
• Los negocios reducen costos.

2. Riesgo a mediano plazo

Cuando el productor trabaja en pérdida, el resultado es:

• Cierre de granjas,
• Reducción de parvadas,
• Menos oferta futura.

Y eso provoca lo que siempre ocurre en mercados desbalanceados: rebote de precios.

El consumidor podría pasar de pagar USD 2,10 a valores mucho más altos en cuestión de meses.

¿Qué puede pasar en 2026?

El escenario actual no muestra señales de recuperación. Si no se regula la oferta y no se ordena la producción, el sector avícola anticipa:

• Menor empleo rural,
• Desabastecimiento estacional,
• Aumento brusco del precio del huevo.
• El beneficio del consumidor podría durar poco.

¿Qué piden los avicultores?

• Controlar la importación de reproductoras.
• Revisar el costo del maíz, clave en la alimentación.
• Impulsar campañas de aumento del consumo.
• Generar alertas anticipadas a través del SIPA e INEC para evitar desbalances.

El huevo barato es real y beneficia hoy al consumidor. Pero es también la señal más evidente de un sector que vende por debajo del costo y que está entrando en una etapa crítica. Los datos oficiales y las voces del sector muestran un mercado saturado, sin espacio para exportar y sin alternativas competitivas.

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