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Ecuador

Clamor por niño desaparecido en cerro Puñay: “¡Que Lucas regrese a casa!”
El menor de edad y su familia acamparon en la montaña. El domingo 9 de noviembre, después de desayunar, él se extravió
Desde hace cuatro días, Lorena Herrera sube y baja el cerro Puñay, en Chunchi, provincia de Chimborazo, con el corazón en vilo, llamando a su hijo de 11 años: Lucas. Su voz se ha vuelto el eco más persistente. Su mirada se pierde entre la densa neblina y el silencio que envuelve el sitio donde su familia, originaria de Quito, había acampado para vivir la experiencia de ver el amanecer.
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Aquel viaje familiar se convirtió en una angustiosa y prolongada búsqueda. Lucas desapareció la mañana del domingo 9 de noviembre de 2025, minutos después de que terminaron de desayunar.
“Pasamos la noche en la parte baja. Ya habíamos recogido todo, desayunado y nos unimos para orar. Mi hijo estaba acostado a unos dos metros, sobre el césped. Al terminar de orar, en un momento abrí los ojos… y ya no estaba”, recordó la mamá entre lágrimas.
Pensaron que el niño se había adelantado al punto de parqueo de los vehículos, pero al llegar no había rastros de él. La búsqueda comenzó ese mismo domingo y desde entonces no se ha detenido.
Las pertenencias que encontraron
Cada jornada de rastreo trae una mezcla de esperanza y dolor. Los equipos de rescate se aferran a los indicios hallados en el camino. Primero encontraron su gorra y un poncho. Más tarde, en el sector conocido como El Ensillado hallaron su mochila con un libro, golosinas y los zapatos.
“Se debe analizar técnicamente por las distancias que el niño pudo avanzar sin zapatos”, explicó el coronel Hugo Arellano, jefe del Cuerpo de Bomberos de Alausí, quien lidera el operativo desde el Puesto de Mando Unificado (PMU).
Adicionalmente se reportó un hallazgo inusual: dos piedras apiladas de una forma que parece indicar que no fueron colocadas así por la naturaleza, según los rescatistas. A la madre le parece que Lucas está dejando huellas o marcando el camino.
Operativo de rastreo con canes y drones
El operativo se ha redoblado con unidades caninas y con el empleo de drones. La zona ha sido dividida en cuadrantes que cubren las varias aristas que descienden hacia Chunchi, Huigra y Paccha.
En esta búsqueda participan miembros del Cuerpo de Bomberos de Chunchi, Alausí, Huigra y Riobamba, personal del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), el Ejército, la Dinapen (que brinda apoyo emocional a los padres) y comuneros.
Mientras los rescatistas analizan los indicios y el terreno, en el pueblo crecen las preguntas y las leyendas en torno al Puñay, un templo sagrado andino. En medio de ese escenario, el eco de los nombres de Lucas y de su madre se mezcla con el viento. Cada amanecer, los equipos reinician la búsqueda con la misma plegaria que se repite desde el domingo: “¡Que Lucas regrese a casa!”.

Un sitio místico y de cuidado
El monte Puñay, asentado en las estribaciones occidentales de los Andes, es un destino emblemático, reconocido tanto por su misticismo espiritual como por su belleza natural.
Su cima, a 3.270 metros sobre el nivel del mar, alberga vestigios arqueológicos de la cultura Cañari, incluyendo una notable pirámide escalonada. Cada año atrae a cientos de visitantes nacionales y extranjeros.
Tras la reciente desaparición del niño Lucas Campaña durante una caminata familiar, se han intensificado las alertas sobre los riesgos de ascender sin la preparación adecuada.
El arqueólogo Cristian Aguirre, descubridor de la pirámide en la cima del Puñay y experto en la cultura ancestral del sitio, enfatiza que “no se trata solo de subir por curiosidad o fe. Aquí influyen muchos factores: el clima, la topografía y la vegetación. Un paso en falso o una neblina repentina pueden desorientar” al caminante.
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