La tristeza envolvió al sector Las Jaguas de Rocafuerte la noche del domingo, cuando los ataúdes de Valeria Valentina Alcívar Falcones, de 30 años, y John Jairo Vera Cedeño, de 32, llegaron desde el Centro Forense de Manta. 

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Los cuerpos de la pareja, hallados dentro de sacos en el sector Las Maravillas, fueron encontrados tres días después de que se reportara su desaparición, ocurrida el jueves 2 de octubre, cuando salieron a comprar medicinas para una de sus hijas enfermas.

Debido al avanzado estado de descomposición y a la forma en que fueron encontrados, los familiares no pudieron despedirse de ellos. Con profundo dolor, decidieron no abrir los ataúdes. “Los padres no quisieron verlos así; prefirieron recordarlos con ese rostro alegre, lleno de felicidad, como los esposos ejemplares que eran”, expresó un allegado de la pareja, con la voz quebrada.

Los féretros fueron colocados en el interior de un restaurante familiar, propiedad de los padres de John Jairo, donde se llevó a cabo una breve velación. La comunidad acompañó en silencio, entre lágrimas, oraciones y un ambiente de honda consternación.

La mañana del lunes, los ataúdes fueron trasladados a una iglesia local, donde familiares, amigos y vecinos elevaron plegarias por el descanso eterno de la pareja. Posteriormente, fueron llevados al Cementerio General de Rocafuerte, donde recibieron cristiana sepultura. Valeria y John dejan en la orfandad a dos pequeñas hijas, ahora al cuidado de sus familiares, mientras el pueblo entero expresa su solidaridad y dolor por lo sucedido.

Un crimen en Manabí que destroza y deja preguntas

El hallazgo de los cuerpos, ocurrido el domingo en el sector Las Maravillas, conmocionó a todo el cantón. Los restos, encontrados dentro de sacos, presentaban signos de mutilación y un avanzado estado de descomposición, según confirmaron fuentes policiales.

Este crimen ha sumido a dos familias en el dolor y a una comunidad entera en la incredulidad, preguntándose por qué una pareja trabajadora, dedicada a su hogar y a sus hijas, fue víctima de una muerte tan violenta.

Según el registro del Consejo de la Judicatura, ninguno de los dos tenía antecedentes penales. Eran conocidos por su trabajo humilde y honesto, dedicándose a vender frutas y verduras en distintos sectores del cantón, mientras criaban con esfuerzo y amor a sus dos pequeñas.

La Policía Nacional continúa con las investigaciones. Hasta el momento no hay detenidos, pero se presume que un grupo delictivo podría estar detrás de este hecho, dado el grado de crueldad y el modus operandi del crimen.

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