Exclusivo
Ecuador

Alias Pipo fue capturado en el aeropuerto de Málaga por falsificación de documentos.Cortesia

Mayra Salazar y alias Pipo: las confesiones que cambiaron la investigación

Alias Pipo impulsó la expansión de Los Lobos tras la muerte de Rasquiña y, según Mayra Salazar, superaba a Fito en poder

Era marzo de 2024 cuando, entre las líneas de unos chats filtrados, empezó a ‘resucitar’ un muerto. Mayra Salazar escribió que Wilmer Geovanny Chavarría Barre, alias Pipo, nunca había fallecido como dictaba su acta de defunción. Según ella, al jefe invisible de Los Lobos lo habían “sacado” de la cárcel, retocado la cara y enviado a Europa a operar sin ruido.

(Lea también: Alias Pipo, Sianca y la conexión entre Los Lobos y el Cártel Jalisco Nueva Generación)

Aquellas filtraciones, parte del caso Purga, lo devolvieron a la palestra pública tres años después de que su familia aseguró que había fallecido de un infarto por covid.

Pero el personaje, en realidad, llevaba circulando por el expediente criminal ecuatoriano desde mucho antes. Para entender cómo un rostro casi olvidado terminó siendo el supuesto capo de la segunda organización criminal más grande del país, hay que rebobinar quince años.

El primer rastro de alias Pipo

El 6 de julio de 2010, EXTRA registró un operativo policial en Cuenca: tres detenidos por el asalto a un conocido banco. “El tercer apresado es un sujeto de 34 años, que utiliza varios nombres como Wilmer Peñarreta o Wilmer Geovanny Chavarría Barre, internado en el hospital con una herida en el rostro”, decía el reporte.

Los informes entonces hablaban de un ladrón más, con múltiples alias, capturado junto a un expolicía y un guardia que habría facilitado el atraco.

Así fue la captura de alias Pipo.Policía de España.

Los chats revelados en marzo de 2024 finalmente aclararon un rumor que llevaba años circulando en penales y partes policiales: por qué le decían el Tuerto, aquel alias secundario del que pocos criminales gozan.

Según los mensajes de Mayra Salazar, Pipo había tenido un enfrentamiento directo con Junior Roldán, alias JR, en los años en que ambos se disputaban la influencia dentro y fuera de la cárcel. “JR lo habría atacado y causado daños en un ojo. Por eso le decían el Tuerto Pipo”, escribió Salazar.

A esa lesión se sumaba la herida de 2010. Entre balas, fugas y traslados, el rostro de Pipo era un archivo vivo de su biografía criminal.

Sin embargo, cuando reapareció en España en 2025, ningún rasgo visible delataba ese pasado. Sin marcas, sin daño ocular perceptible. Aquello alimenta la hipótesis mencionada por Salazar: que pudo haberse reconstruido el rostro y que un ojo de vidrio habría completado la transformación.

El ascenso de Wilmer Chavarría

Los registros de EXTRA y fuentes policiales coinciden en que Los Lobos surgieron en 2019 en Cuenca, cuando Pipo fue reclutado por Los Choneros dentro de la cárcel de Turi, de esa ciudad. Bajo el liderazgo de Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña, Pipo no solo ganó influencia, sino que, según información policial de la época, propuso nombres para la seguridad personal del jefe chonero.

Tras obtener la prelibertad a finales de 2018, se radicó en Santo Domingo y consolidó una alianza con el clan Franco Cedeño. Para entonces, ya no era un peón del hampa: era un operador en ascenso.

En este chat se evidencia el rol de Pipo tras su supuesta muerte.Archivo / Extra

El asesinato de Rasquiña en 2020 fue el punto de quiebre. Con Los Choneros debilitados, Pipo comenzó a disputar el poder por su cuenta, empujando la expansión de Los Lobos en distintas provincias cuando el Estado dispersó a sus miembros tras las masacres carcelarias.

Allí entran personajes como Fabricio Colón Pico, uno de sus lugartenientes regionales, quien protagonizó su propia fuga de Riobamba en enero de 2024.

Mayra Salazar, la mujer que lo sabía todo

Pero nada sacó a Pipo del silencio tanto como los chats de Mayra Carolina Salazar, exasesora de la Corte Provincial del Guayas.

En sus mensajes, publicados por Fiscalía, lo describía como una suerte de capo de capos: “Fito es un cojudo al lado de Pipo”, “(Leandro) Norero lo sacó de Turi, le cambió las huellas digitales de un muerto y le cambió la cara” y “Lo mandó a Europa a operar desde allá”, son algunos de los mensajes encontrados.

Protecciones espirituales de los capos pueden dejar de funcionar

En los relatos del crimen organizado latinoamericano hay un detalle que se repite como sombra detrás de los fusiles: los capos no solo se rodean de escoltas, dinero y armas, también buscan escudos invisibles.

Altares a la Santa Muerte, figuras de san Judas Tadeo, rituales del palomonte, consultas espirituales y ‘padrinos’ que les ofrecen protección más allá de lo que cubre la ley.

Pero, aun así, caen, casi todos. Sus imperios se derrumban, los traicionan o los capturan. ¿Por qué? ¿Falla la fe? ¿Falla la entidad a la que invocan? ¿O fallan ellos?

La respuesta, según Carlos Adrián (espiritista y palero mayombero con tres décadas de práctica) es más simple, cruda y repetitiva: caen porque prometen y no cumplen.

El espiritista Carlos Adrián junto a su 'Ganga', un lugar espiritual dentro de la cultura del Palo Mayombe.Freddy Rodríguez / extra

En su experiencia, muchos de los hombres que llegan buscando protección espiritual, sean criminales o no, lo hacen desesperados. Ofrecen lo que sea, y cuando obtienen lo que querían (salud, suerte, salvación, escape) se olvidan.

“Prometieron un gallo, una vela, una flor. Y cuando mejoran, no vuelven. Para ellos parece poco, para los muertos no lo es”, dice. En ese olvido empieza la caída, sostiene.

No porque el ‘santo’ falle sino porque, en estas lógicas espirituales, la deuda genera consecuencias: puertas que se cierran, planes que se tuercen, enemigos que avanzan, autoridades que capturan e incluso la muerte.

Hay otro factor que, para él, acelera la caída: la soberbia. El capo que siente que ya no necesita nada —ni santo, ni muerto, ni padrino— rompe la relación y rompe el equilibrio. “Dicen: ‘¿Qué le voy a dar? Si yo resolví’. Eso es soberbia. Y todo tiene consecuencias", advierte.

  • Explicación de los 'santitos' y sus castigos.Extra

    La caída, entonces, no es solo espiritual ni solo criminal: es una mezcla de descuido, exceso de confianza y ruptura de pactos.

    Carlos afirma que hoy es habitual que miembros de organizaciones criminales busquen este tipo de protecciones: “en la mayoría de países”, dice, es parte del movimiento subterráneo del crimen.

    No es extraño. Tampoco nuevo.

    El mundo espiritual, para ellos, funciona como otro brazo operativo: protección, suerte, vigilancia metafísica. Pero, como repite él mismo, en estas prácticas “no se juega”. "Quien entra, debe cumplir.

    Quien promete, debe pagar. Quien rompe el pacto, lo paga “con puertas cerradas… o con la vida”, dice el espiritista Carlos.

    ¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!