El conflicto por el paro nacional llegó este 8 de octubre hasta San Miguel del Común, una comunidad ubicada al norte de Quito, que desde hace más de dos semanas se ha mantenido en resistencia frente a las medidas económicas del Gobierno del presidente Daniel Noboa, entre ellas la eliminación del subsidio al diésel.

Durante el mediodía de ayer, moradores de la zona cerraron el paso con montículos de tierra y también con piedras, lo que otra vez generó caos en la Panamericana Norte. Las quejas ciudadanas por el nuevo intento de tomarse la vía se difundieron en redes, lo que motivó la movilización de la fuerza pública.

Eso causó que policías y militares ingresaran a San Miguel del Común, en medio de la conmoción. El enfrentamiento se concentró en los alrededores de la Escuela Mushuk Pakari, donde se encontraban niños y mujeres, expresaron moradores a través de videos difundidos en redes sociales.

La jornada terminó con un herido por perdigones, según el Cuerpo de Bomberos de Quito, y con la reapertura de la Panamericana Norte Al tiempo, un fuerte contingente de uniformados se apostó en el ingreso a San Miguel del Común para evitar que la protesta se reactivara.

La toma de Quito

Durante los 17 días, los pobladores de San Miguel del Común han enarbolado la bandera de la protesta en Quito, donde ha habido ‘conatos’ de manifestaciones que han sido aplacados desde que la Conaie convocó al paro nacional.

La protesta de este 8 de octubre fue una de las más encarnizadas y recordó lo vivido en las dos grandes movilizaciones en Ecuador de 2019 y 2022 en esta zona, donde el correísmo triunfó en las recientes elecciones presidenciales.

Y esta protesta se da en el contexto de la amenaza que hizo Marlon Vargas, presidente de la Conaie, de tomarse la capital de ser necesario, ante las acciones del presidente Noboa. Para el domingo, incluso, está prevista una marcha pacífica que tendría su recorrido desde La Villaflora, sur de Quito, hasta el parque El Arbolito, lo que genera la incertidumbre sobre si se cumplirá o no lo prometido por Vargas.

El feriado por las fiestas de Guayaquil ayudó a bajar tensiones

Para Marcel Merizalde, docente y analista político, es muy complicado que esto suceda porque, para él, Noboa hizo un movimiento político adecuado: alargar el feriado por las fiestas guayaquileñas.

“Eso puede dejar sin sustento anímico y emocional a quienes protestan contra Noboa. No significa que esto mejore, pero políticamente es correcto para partir un paro al que se suman sectores como las barriadas de Quito, tradicionalmente rebeldes. Es desarticular la protesta ciudadana con diversión y descanso”, argumentó.

Ahora, en lo referente a una supuesta toma de la capital por parte del movimiento indígena, Merizalde considera que no es algo bueno porque genera un rechazo de parte de la ciudadanía, que “no quiere ver a Quito tomado ni incendiado porque esto va a concordar con el discurso que se maneja desde el Gobierno, sobre que quienes protestan son un grupo de vándalos”.

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Por su parte, Mauricio Alarcón, analista político, ve un panorama un poco más complicado ante estos anuncios de radicalización del paro. “No creo que haya una solución cercana porque no existe voluntad de diálogo y mucho más por parte del Gobierno”.

Según el especialista, el presidente Daniel Noboa sigue provocando a la otra parte de la protesta con actitudes incendiarias. Lo que se debería hacer, acotó, es que con madurez política y racionalidad haya una escucha activa para dejar el paro a un lado y sacar al país adelante.

El panorama nacional ante el paro de la Conaie

Sin embargo, el presidente Daniel Noboa aseguró que su Gobierno ha estado abierto al diálogo, actitud que enfatizó durante un acto de entrega de tractores en Cuenca, Azuay, la mañana de ayer. Noboa inició su discurso refiriéndose a los manifestantes detenidos en Cañar, señalándolos como personas violentas que “irán a la cárcel”.

Las personas de las que habló el mandatario fueron detenidas tras el ataque a la caravana presidencial en la localidad cañareja de El Tambo, el 7 de octubre. Comuneros lanzaron piedras y destrozaron carros oficiales, lo que movilizó a la fuerza pública para capturar a implicados. Este miércoles se realizaba la audiencia en su contra, pero por el delito de ataque y resistencia.

En otras zonas, como Chimborazo, el paro también ha generado rechazo por parte de quienes desean retomar sus labores cotidianas. Este 8 de octubre estaba previsto que, durante la tarde, se llevara a cabo una manifestación en esta provincia para que vuelva la paz.

Días antes, los ánimos se caldearon en localidades chimboracenses. En Chunchi hubo enfrentamientos este 7 de octubre entre habitantes que pedían la apertura de la vía y manifestantes que mantienen bloqueada la carretera E-35, a la entrada del cantón. “Venimos en paz, queremos conversar, necesitamos abrir la vía”, expresaron comuneros que se acercaron al punto de cierre. Explicaron que su intención era dialogar para poder retomar sus actividades diarias.

Del lado de los manifestantes, vinculados a la Federación de Organizaciones Campesinos de Chunchi, la postura fue mantener el cierre como medida de presión. “Estamos luchando por todos. Únanse al paro y les abrimos el paso”, respondió uno de los dirigentes.

Sin embargo, al no lograrse acuerdos, se produjeron empujones y golpes, dejando heridos. La policía intervino para dispersar a los involucrados. Un episodio similar se vivió un día antes en Alausí, donde también hubo roces entre comuneros y manifestantes.

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