Los regalos más especiales llegan de la 'Yoni' y de Europa: los migrantes hacen de 'Papá Noel'

Para Luz María, residente de Nueva Jersey (Estados Unidos) pero ecuatoriana de corazón, no importa el valor material del regalo que trae desde ‘Gringolandia’, sino el amor, la dedicación y el tiempo expresados en cada detalle.

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“Es como si le dijera: ‘Te tengo presente siempre’”, comenta la mujer, quien arribó al país el fin de semana previo a la Navidad. Vino cargada, como Papá Noel, pero sus alforjas no eran rojas sino negras, y en ellas había guardado con cuidado los regalitos desde hace aproximadamente dos meses.

Luz María, quien luego de ser recogida en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo de Guayaquil se dirigiría a la provincia de Santa Elena, asegura que su travesía para encontrar los regalos perfectos comienza desde que compra el pasaje para regresar a Ecuador, donde se queda solo unas semanas.

“Es bonito estar en mi país y, más aún, compartir con los que tengo aquí. Vino conmigo mi hijo”, relata. Aunque ya no tiene muchos parientes en el país, regresa para disfrutar con los pocos que quedan.

“Pasearé, comeré y disfrutaré con ellos. Cada momento es un regalo para nosotros, así como el que tal vez traemos. En mi caso, no vengo todos los años y por eso valoro tanto este tiempo”.

Obsequios por courier

Desde Génova, Italia, Robinson Indio, en cambio, envió sentidas muestras de afecto a sus familiares y amigos en Guayaquil a través de obsequios, utilizando dos tandas de courier.

Decidió tener ese gesto al no poder viajar a Ecuador para esta época. Uno de los presentes más especiales será para una sobrina: un vestido de princesa que ella desea mucho.

Hasta 2020, según el sitio datosmacro.com, la cifra de migrantes ecuatorianos ascendía a más de 1’127.000 personas, lo que representaba el 6 % de la población. 
Cifras de ecuatorianos en el exterior

El compatriota, radicado desde hace seis años en Europa, recuerda que a fines de 2022 sí pudo pasar las festividades en Guayaquil. Ese viaje aún lo emociona y desea intensamente regresar en la misma época.

“Esa Navidad llevé ropa, zapatos, dulces y otras cosas. A mi hermano le regalé un PlayStation 4 y él no lo podía creer. Siempre quiso uno, pero no tenía para comprarlo. Lo más lindo fue volver a abrazar a mi madre. Yo llegué el 29 de diciembre y ella cumple años el 30. Para ella, pasar conmigo fue el mejor regalo”, recuerda.

Regalaron tiempo y pasaje: así enviaron sus presentes

Paola y Enrique, una pareja de migrantes residentes en Nueva York, prefirieron pagarle una parte del boleto a un familiar para que viaje de Ecuador a Estados Unidos y regreso, con el fin de entregar sus regalos.

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“No hemos podido ir a nuestro país desde hace cuatro años. Obviamente nos hace falta, extrañamos a nuestras familias porque no tenemos a muchos parientes acá, pero estamos contentos de haber visto a uno de ellos al menos por unos pocos días”, dice Enrique, quien llegó a EE. UU. en 2002 y se naturalizó estadounidense en 2015.

Para ellos, también es gratificante recordar a los suyos y expresarles amor a la distancia. Sin embargo, a veces les “regalan” sorpresas. “Los sobrinos crecen y las prendas que uno envía no siempre les quedan o no les gustan (risas). Así pasa, pero nosotros nos acordamos de todos”, menciona Paola.

Las festividades para Enrique, Paola y su hija de nueve años, Tiffany, suelen ser alegres, gracias a los amigos que han hecho en su vecindario. No obstante, aseguran que su mejor regalo es ver fotografías de sus familias disfrutando de la Navidad. "Serían mejores si estuviéramos con ellos", finalizan. 

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