Ecuador atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente. Solo entre enero y julio de 2025 se registraron 5.268 asesinatos, lo que representa un 40 % más que en el mismo periodo de 2024, según reportes oficiales. La proyección es que la tasa anual alcance los 52 homicidios por cada 100.000 habitantes, una de las más altas del continente.

Sin embargo, en medio de este panorama oscuro, surgen iniciativas que funcionan como contrapesos espirituales y sociales, como destellos de luz que ofrecen un respiro frente al miedo y la desesperanza.

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Una de ellas es Proclamamos Victoria 2025, un evento cristiano que se desarrollará este sábado 13 de septiembre en la Iglesia Verbo Mañosca, en Quito. Con un seminario para adoradores en la mañana y un gran concierto en la noche, busca reunir a miles de personas en torno a un mismo mensaje: que todavía se puede soñar con victoria en medio de la adversidad.

Proclamamos Victoria: más que un concierto

La historia de este movimiento comenzó en 2024, cuando bajo el lema Primicias se realizó la primera edición. Desde entonces, la intención ha sido consolidar un encuentro anual desde la capital ecuatoriana, con invitados nacionales e internacionales que unan sus voces en un mismo espíritu de adoración.

Para 2025, el lema cambió a Victoria. Martín Aguirre, parte del equipo organizador, lo explica con claridad: “No buscamos que esto sea una guerra de bandas. Queremos que todos seamos una sola voz adorando al Señor. Creemos que el Espíritu Santo se goza en medio de la alabanza de su pueblo, y este evento puede reunir a muchos jóvenes para darles un mensaje de esperanza”.

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El evento no pretende ser una estrategia directa contra la violencia, pero sí un contrapeso: una alternativa donde jóvenes y familias puedan encontrarse con un ambiente sano, lleno de fe y alegría. En un país marcado por la delincuencia y la ruptura social, espacios así funcionan como recordatorios de que también hay otras historias que contar.

¿Invitados de talla internacional?

Entre los artistas que participarán este 13 de septiembre destacan Julián y Becky Collazos, matrimonio ampliamente reconocido en la música cristiana en español.

• Julián Collazos es músico, productor, arreglista, director musical y pastor de alabanza.
• Becky Collazos es cantante y líder de adoración, voz principal en Gateway Worship Español y parte de la AmorMercy Band.

Su trayectoria los ha llevado a enseñar en el Instituto CanZion y a participar en proyectos internacionales. Con Gateway Worship Español fueron protagonistas de la canción 'Danzando', que ganó el Premio Dove 2023 a mejor canción en español y alcanzó el número 1 en Monitor Latino. Otros temas reconocidos son “Eterno Dios” y “Rey de Gloria (Cuán Dulce Amor)”.

Su presencia en Quito no solo aporta calidad musical, sino también un testimonio de cómo la música puede convertirse en vehículo de esperanza. Junto a ellos estarán Roberto Pacheco, Jackson Gómez, Andy Bec, Samuel VPT, Jean Paul y Dani, Mario Benavides y Catalina Muñoz, en una noche que será grabada en vivo.

Jóvenes que encuentran un lugar distinto

Los jóvenes han sido de los más golpeados por la ola de violencia. El Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado reporta que los homicidios de adolescentes entre 10 y 19 años aumentaron un 68 % en el primer semestre de 2025. Frente a este escenario, Karla Naranjo, integrante del ministerio de alabanza de la Iglesia Verbo Mañosca, en Quito, cree que eventos como Proclamamos Victoria tienen un valor incalculable.

“Un concierto cristiano no solo toca tus emociones, también conecta tu corazón con Dios. Estos espacios son vitales porque vivimos en un país donde la delincuencia atrapa a los jóvenes. Aquí encuentran una familia de fe que los abraza sin juzgarlos y les ayuda a levantarse. Es la oportunidad de descubrir que en Jesús hay esperanza y una vida mucho mejor”.

Para Karla, la música se convierte en una herramienta poderosa que abre puertas al cambio: “Es un lugar sano donde pueden cantar con libertad, hacer amigos y soñar otra vez”.

Una voz desde Ecuador hacia el mundo

Jesús Estévez, director musical del evento, insiste en que Proclamamos Victoria busca ser más que una cita local: “Queremos que desde Ecuador se levante una voz hacia el mundo. Una voz que se alce en medio de tanta violencia, vicios y ruptura de familias. Queremos mostrar que en Cristo hay perdón, misericordia y salvación”.

El concierto será grabado en vivo, con la intención de compartir el mensaje más allá de Quito. Para los organizadores, la capital ecuatoriana, la “mitad del mundo”,  es el lugar simbólico perfecto desde donde proclamar un mensaje de fe.

¿Cuestionamientos sobre conciertos cristianos?

Algunos sectores cristianos han criticado los conciertos cristianos en general. Pero teólogos y portales como Coalición por el Evangelio recuerdan que la música ha estado presente en la adoración desde tiempos bíblicos.

Se expone que el rey David, según los textos bíblicos, organizaba veladas musicales fuera del Templo, y los cantores eran sostenidos por recursos del reino. “No debemos satanizar un concierto cristiano. El canto también es un don con el que los ministros pueden vivir, siempre que se haga para la gloria de Dios”, señala un artículo de ese portal.

Con esa perspectiva, Proclamamos Victoria no se reduciría a un show, sino a un espacio donde los dones artísticos se ponen al servicio de un propósito mayor.

Un contrapeso necesario en un país en crisis

La violencia en Ecuador no se detiene. Más de 4.600 homicidios en el primer semestre y una sociedad marcada por el miedo. Sin embargo, al mismo tiempo, se levantan voces que no niegan la realidad, pero ofrecen un contrapeso espiritual. Proclamamos Victoria 2025 es uno de esos ejemplos. 

No elimina la violencia ni sustituye las políticas de seguridad, pero sí abre un espacio distinto: un lugar donde cientos de personas se unirán para proclamar que aún en medio del dolor hay esperanza.

Cantar victoria en medio de la adversidad

Con este evento, Quito se convertirá en escenario de un acto de fe y resistencia. Mientras las estadísticas muestran un país herido, cientos de personas levantarán sus voces para cantar victoria. Para algunos será un momento de adoración; para otros, un refugio en medio de la tormenta.

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