Una cena, unas tragos y la chispa adecuada pueden convertir una primera cita en el inicio de un romance… o en un buen sexo. No hay fórmulas fijas. La respuesta, según sexólogos, no es blanco o negro, sino un abanico de posibilidades donde se cruzan la biología, las creencias, las expectativas y, por supuesto, la presión social.

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La sexóloga clínica Silvia Guevara expone que el deseo sexual muchas veces no se construye con el tiempo, sino que se enciende desde el primer instante.

“La atracción pasa desde el inconsciente y desde el núcleo accumbens (estructura del cerebro implicada en la motivación y la recompensa). Mientras más diferencia genética haya, más atracción sentimos. Y eso es biología”, explica.

Es decir, a criterio de la terapeuta, a veces no se trata de amor, ni de destino. Es puro instinto. Si fluye, fluye. Y puede disfrutarse sin que eso signifique algo más.

El problema es que la cama no solo la ocupan dos cuerpos, sino también dos ‘mochilas’ de creencias, valores y miedos. “Aquí surge mucho la culpa o el miedo: pensar que si tienes sexo rápido ya no te van a valorar, o que la otra persona solo te usó. Eso depende de con quién decides vincularte”, aclara Guevara.

Y es que no se trata solo de si “quieres o no quieres”, sino de con quién lo haces y qué esperas después. Si buscas una relación estable, el sexo puede esperar. Si lo que quieres es un encuentro casual, también es válido, siempre que lo tengas claro desde el inicio.

¿Cómo influye el alcohol en el sexo?=

Desde la visión del sexólogo Edison Pazmiño, hay que reconocer el papel de la espontaneidad y el licor. “El alcohol en dosis mínimas es un desinhibidor: rompe la timidez, activa la dopamina y despierta el deseo. Pero si te pasas, lo que queda es arrepentimiento y pérdida de control”, advierte.

Sí, una copa de vino puede volver el ambiente más erótico, pero nadie disfruta estar con alguien ‘pluto’. Peor aún, despertar al día siguiente sin saber si usaste o no preservativo.

Los repelentes sexuales

Pazmiño cuenta que en consulta escucha historias de todo tipo: desde citas frustradas por mal aliento o malos olores, hasta encuentros fallidos por eyaculación precoz. A veces el deseo está, pero la magia simplemente se rompe por detalles inesperados.

Muchos aún cargan, según el especialista, con la idea de que tener sexo en la primera cita te hace “menos valioso”. Para Pazmiño, esto depende de la crianza y de los valores de cada persona, pero la clave está en no dejar que el miedo al qué dirán sea el que decida por ti. “Todo gira en torno al ‘para qué’: ¿quieres placer inmediato, o prefieres esperar porque buscas algo más estable?”, dice.

Ambos especialistas coinciden en algo fundamental: la intimidad, sea en la primera cita o en la número veinte, debe ser libre, seguro y consensuado. El preservativo no es negociable y tampoco lo es el derecho a decir “no” aunque ya estés en medio del juego previo.

Guevara es tajante al afirmar que muchas personas terminan teniendo sexo sin querer, solo por miedo a decepcionar a la otra persona o por presión del entorno. Aquello casi siempre termina un ‘bajón’.

¿Por qué es positivo tener relaciones íntimas en la primera cita?

• Ir al grano permite descubrir rápidamente si hay química, sin invertir semanas en citas que quizá no funcionen.
• Tener claridad desde el inicio ayuda a no idealizar ni sufrir por expectativas que podrían no cumplirse.
• Disfrutar del sexo desde la primera cita, con comunicación y protección, asegura un encuentro auténtico y seguro.

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