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Quito

¿Habrá Serenata Quiteña? Paralizada, cara y con dudas en pleno arranque de fiestas
La Serenata Quiteña está en el limbo: el proceso de contratación está detenido en el Sercop. Concejales alertan sobre costos e improvisación
La Serenata Quiteña, uno de los actos más simbólicos de las fiestas de Quito, volvió a encender la polémica. A pocos días del 5 de diciembre, el Municipio aseguró que el proceso de contratación está detenido en el Sercop, por lo que no hay certeza de que se realice.
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El alcalde Pabel Muñoz sostuvo que las observaciones planteadas por el Sercop ya habían sido atendidas.
Pese a ello, reconoció que la contratación continuaba paralizada por “inquietudes” administrativas que permanecían en revisión.
El tiempo aprieta y el proceso permite definir desde la tarima hasta la producción y la logística en la Plaza Grande.
“No es la primera vez que pasa”
El concejal Andrés Campaña recordó que este escenario no es nuevo. En agosto también se suspendieron actividades por no completar a tiempo los procesos de contratación. “Es un problema de ineficiencia”, aseguró.
Campaña explicó que la contratación de la Serenata estaba a cargo de la Secretaría de Cultura. El edil solicitó información sobre las observaciones del Sercop, pero aún no recibe respuesta.
Dudoso presupuesto
Otro punto que preocupa es el costo previsto: $1,08 millones, casi la tercera parte del presupuesto total para las fiestas de Quito. Para Campaña, es una cifra que necesita claridad y un desglose real sobre la logística.
La concejal Analía Ledesma, por su parte, reconoció que en los últimos años no ha estado a la altura de la importancia que tiene este acto.
Basada en mediciones municipales de 2023 y 2024, indicó que el 42 % de los asistentes reportó problemas de movilidad. Y el 37 % mencionó sentir inseguridad en eventos masivos.

Para ella, estos datos se suman a una sensación de improvisación: cambios de última hora, falta de información oficial y escasa coordinación entre entidades.
Los partidos políticos
Con ese antecedente, cuestiona que los eventos emblemáticos dependan de decisiones rápidas en lugar de planificación interinstitucional y cronogramas claros.
La concejal también reconoce que existe un escenario político tenso. “El Gobierno Central responde a una bancada y el Municipio a otra. Aunque no debería ser un obstáculo, esa falta de coordinación se siente”, afirma.
Y señala que esa desconexión termina afectando a la ciudadanía en forma de desorden, improvisación y sensación de inseguridad. “La gente no quiere saber de banderas políticas; quiere saber si las calles estarán seguras y si el evento está bien organizado”.
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