El Registro Nacional de Infieles, que se viralizó esta semana en Ecuador como si fuera una base de datos formal, funciona con formularios anónimos y enlaces compartidos en TikTok y X. Lo que parece un juego —“registra a tu infiel aquí”— puede tener un costo más alto que aparecer o no en la lista.

La amenaza empieza al momento de hacer clic.

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Mónica Vargas, máster en Inteligencia Artificial y experta en Analítica de Datos, advierte que el riesgo no está solo en que publiquen el nombre de alguien, sino en ingresar a una página de la que no se conoce origen, administrador ni ubicación del servidor.

“Todo el mundo está metido en el trend, pero el problema es meter tus datos en una página que no sabes quién maneja ni de dónde sale. El formulario está circulando por todo el país y mucha gente entra solo por curiosidad… y ahí empiezan los riesgos”, explica.

Software espía con un solo clic

El portal que circula como supuesto registro puede convertirse en un punto de entrada para malware. La gente ingresa “solo para ver”, pero eso basta.

“El simple clic puede instalarte un software que empiece a espiar tus mensajes. En estas épocas de Navidad, cuando la gente baja la guardia, hay más ataques cibernéticos. Este tipo de páginas pueden ser un gancho perfecto”, señala Vargas.

El mecanismo es simple: una página con apariencia inofensiva conduce a formularios que pueden esconder código malicioso o redirigir a sitios que capturan información del dispositivo.

Datos personales sin control ni retorno

Los formularios que alimentan la lista suelen pedir:

• correos electrónicos,
• números de teléfono,
• nombres completos,
• ciudad,
• redes sociales,
• y, en algunos casos, permisos para subir archivos.

Vargas advierte que, al entregar esa información, los usuarios pierden control sobre su uso. “Cuando das tu correo o número de celular, renuncias al control de esa información. No sabes quién la almacena ni dónde está alojada la página. Tampoco puedes exigir que la eliminen. Las bases de teléfonos se venden en el mercado negro a precios altos”.

Estas bases permiten luego campañas masivas de phishing, enlaces falsos y estafas.

Ataques en cadena: del dispositivo a todos tus contactos

Uno de los puntos más críticos es que un malware puede replicarse de manera automática:

“Imagínate un virus que se reproduce como conejo. Pinchas una vez y tu teléfono puede enviar ese virus a cientos o miles de contactos sin que te des cuenta. Cada uno infecta a otros. Es una cadena que se multiplica rapidísimo”, describe la experta.

Ese tipo de software, explica, puede:

• copiar agendas telefónicas,
• obtener contraseñas guardadas,
• capturar conversaciones,
• acceder a redes sociales,
• y enviar mensajes desde la cuenta del usuario.

Todo sin que la persona lo note hasta que ya infectó a decenas o cientos.

Ley de Datos Personales: un escudo que no puede aplicarse si no se sabe quién administra la página

La Ley Orgánica de Protección de Datos Personales protege la información privada de los ecuatorianos. Pero en este caso, la norma se topa con un obstáculo: la incertidumbre total sobre quién administra el sitio.

“Existe la Ley de Datos Personales, pero si no sabes en dónde está alojada la página o quién la maneja, no puedes ni siquiera exigir que retiren tus datos. Ahí está el riesgo: te expones sin ninguna garantía”, explica Vargas.

El sitio no publica responsables, no detalla política de privacidad y no ofrece mecanismos de eliminación o rectificación de datos.

Un trend que se vuelve puerta de entrada a delitos digitales

Lo que empezó como dinámica viral —“registra a tu infiel”— puede convertirse en:

• robo de contraseñas,
• secuestro de cuentas,
• extracción de contactos,
• suplantación,
• venta de bases de datos,
• y ataques dirigidos (phishing, malware, fraudes).

Aunque el archivo colaborativo es lo que llama la atención, la verdadera amenaza es el ecosistema de enlaces alrededor del trend.

“Entrar al enlace, sea por Google, por el teléfono o por donde sea, ya es un riesgo. No sabes qué hay detrás del formulario ni qué se instala en tu dispositivo”, concluye Vargas.

¿Y ahora qué?

El fenómeno sigue creciendo y cada enlace genera más tráfico y más exposición. Mientras el archivo viral provoca curiosidad, los riesgos digitales se multiplican en silencio.

La clave, según la experta, es simple: si no sabes quién está detrás de la página, no ingreses datos, no des clic y no abras formularios.

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