Quito vibró al ritmo de Shakira. Entre luces, lentejuelas y pelucas moradas, la cantante colombiana cerró su tercera y última presentación en el Estadio Olímpico Atahualpa, la noche del martes 11 de noviembre de 2025, consolidando así uno de los eventos más multitudinarios y comentados del año en Quito.

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Durante tres jornadas consecutivas, la ciudad se convirtió en epicentro de la música latina y la euforia colectiva. Miles de fanáticos llegaron desde diferentes provincias e incluso desde el extranjero para ver a la artista barranquillera, quien ofreció un espectáculo de más de 20 canciones, con visuales inmersivos, coreografías impecables y un despliegue técnico de primer nivel.

Un espectáculo visual que deslumbró a Quito

El escenario del Atahualpa se transformó cada noche en un universo lleno de color, luces sincronizadas y pantallas de alta definición. Cada tema fue acompañado de efectos visuales envolventes que hicieron del concierto una experiencia sensorial completa.

“Es como entrar a otra dimensión, te olvidas de todo y solo bailas”, dijo Eduarda Espinosa, quien asistió junto a su hermana Andrea, ambas con pelucas moradas y camisetas blancas con la imagen de la artista.

Aunque la asistencia del tercer día fue ligeramente menor, la energía del público no decayó. Canciones como La Intuición y Las de la Intuición se convirtieron en los himnos de estas tres noches, mientras los fanáticos coreaban sin pausa los grandes éxitos de Shakira, desde Antología hasta TQG.

Fans de todas las generaciones celebraron a la barranquillera

Entre el público se mezclaban niños, jóvenes y adultos que crecieron con la música de la cantante. Valeria Cali, de 34 años, confesó que los momentos más emotivos llegaron con Antología y Día de enero: “Esas canciones marcaron mi adolescencia. Escucharlas en vivo me hizo revivir muchos recuerdos”.

Otros grupos de amigas aprovecharon los ritmos urbanos para celebrar la independencia y la alegría que transmiten las letras de la artista. “Sus canciones nos recuerdan que las mujeres también podemos disfrutar la vida sin miedo ni culpa”, expresó Camila Ortiz, mientras bailaba con su grupo.

Quito se benefició con un fuerte impulso económico

Los conciertos de Shakira no solo llenaron el estadio, también movieron la economía local. Según datos del Municipio de Quito, el impacto económico de las tres presentaciones osciló entre 40 y 50 millones de dólares, impulsado por el aumento en hospedajes, transporte, alimentación y servicios turísticos.

Hoteles y restaurantes de los alrededores reportaron una ocupación superior al 90 %, mientras emprendedores aprovecharon la oportunidad para ofrecer productos y servicios temáticos.

“Estos eventos reactivan nuestros negocios”, comentó Andrea Erazo, quien junto a su amiga Micaela Trujillo ofrecía maquillaje artístico y brillos faciales en la avenida Naciones Unidas.

Otros comerciantes innovaron con productos curiosos. Carlos Olmedo, vendedor ambulante, aseguró que “los peluches de capibara con pelucas moradas se vendieron como pan caliente, porque Shakira puso de moda ese color”.

El turismo interno se activó con visitantes de todo el país

La llegada masiva de fanáticos también generó un notable movimiento turístico. La demanda de boletos aéreos y pasajes terrestres aumentó considerablemente, sobre todo en la ruta Guayaquil–Quito, y varias terminales terrestres reportaron salidas adicionales durante los días del evento.

“Viajamos más de cinco horas desde Los Ríos, pero valió la pena”, contó Jessenia Alcívar, de 30 años, quien mostró orgullosa su boleto VIP. “Queríamos vivir este momento juntas, porque Shakira es parte de nuestra historia”.

El espectáculo también sirvió para que muchos visitantes recorrieran la capital. Los principales atractivos turísticos, como el Centro Histórico y La Carolina, registraron una alta afluencia durante el fin de semana del concierto.

Más de mil policías garantizaron la seguridad

El operativo de seguridad desplegado fue uno de los más grandes realizados en un evento musical en el país. Más de 1.150 agentes policiales y metropolitanos se distribuyeron en tres anillos de control alrededor del estadio, junto con equipos de rescate y personal médico.

Los accesos contaron con detectores de metales y control de mochilas, lo que permitió que las jornadas transcurrieran sin incidentes mayores. “Me sentí segura todo el tiempo, pude grabar videos y disfrutar sin preocupación”, comentó Amira Toral, una de las asistentes.

Agentes de tránsito gestionaron desvíos y cierres viales para facilitar la movilidad en las zonas aledañas, mientras los servicios de transporte público ampliaron sus horarios para garantizar el retorno de los asistentes.

Shakira deja su huella en Quito

Con su carisma, energía y una conexión innegable con el público, Shakira se despidió de Quito dejando una huella imborrable. Los tres conciertos consecutivos marcaron un antes y un después en la escena de espectáculos internacionales del país.

La artista agradeció al público ecuatoriano por su entrega, prometiendo volver pronto. “Gracias por tanto amor, Quito”, dijo entre aplausos, mientras las luces doradas iluminaban el cielo capitalino.

El paso de la barranquillera no solo reafirmó su poder musical, sino también su capacidad de mover masas y dinamizar la economía local, convirtiendo a Quito en el epicentro cultural de noviembre.

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