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Historias de Grindr en Ecuador: Encuentros, secretos y los peligros del amor digital
Testimonios de usuarios revelan cómo esta aplicación de encuentros puede esconder peligros reales: amenazas, violencia y exposición
Ellos se consideran ‘osos’ porque, al igual que esos simpáticos animales, son gorditos, barbudos, fuertes y atractivos para personas de su mismo sexo. José y Aníbal son dos hombres gais, comunicadores sociales de Guayaquil, que utilizan la plataforma Grindr, una aplicación visitada por alrededor de 14 millones de personas al mes, según estimaciones de la compañía estadounidense fundada en 2015.
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En Ecuador, Grindr ha cambiado la forma en que los hombres gais y bisexuales se relacionan. En un entorno donde todavía persisten prejuicios y tabúes sobre la diversidad sexual, esta aplicación funciona tanto como un espacio de libertad y deseo, como un territorio de riesgo e incertidumbre. Allí convergen quienes buscan amor, intimidad, amistad o simplemente sentirse vistos.
Este servicio gratuito representa el 7 % de la cuota de mercado de las apps destinadas a conocer personas, buscar intimidad o encontrar amor. Está detrás de gigantes como Tinder, que concentra el 25 %, además de Bumble, Hinge y Plenty of Fish, sitios especializados en conectar a las personas mediante perfiles con fotos y descripciones de sus mejores atributos.
Sin embargo, para José, lo que más se ve en Grindr son fotografías de partes íntimas masculinas, torsos desnudos y mensajes de gente “que me dicen que quieren tener algo”.

¿Quiénes usan Grindr?
Aníbal cuenta que le gustan los hombres desde que tenía seis años. “Pero a los veintiséis empecé a mariconear. Antes me daba miedo, así que usaba una red social que se llamaba Man Hunt. Era como un Facebook, pero no había censura. Tú subías lo que querías. A mí me ‘picaba’ el cuerpo y un amigo me metió en este mundo. A veces vacilábamos con él, pero luego apareció Grindr”, recuerda.
Él y José fueron pareja, luego se separaron, pero los une una profunda amistad. Juntos usaban Grindr para experimentar. “Esa aplicación sonaba y era la alarma de los gais”, dicen riéndose estos cuarentones y profesionales del mundo audiovisual.
“Hay hombres gais, transexuales femeninas… Yo ya tengo diez años en la plataforma. Cuando terminamos nuestra relación dejé de usarla, porque entraba y me deprimía: veía gente tan rara…”, confiesa Aníbal.
Actualmente ambos están solteros, pero siguen usando esta aplicación, en la que Aníbal ha conocido a unos diez hombres con los que ha mantenido encuentros. “Gracias a Dios, nunca me ha pasado nada malo”, asegura.

Un laberinto de poemas, drogas y deseo
“Cierro Instagram, cierro TikTok, silencio WhatsApp y me meto a Grindr”. Así empieza el poema del artista Azael Álvarez titulado ‘Para encontrar un militar’. Álvarez considera que en Grindr conviven los amantes casuales, los grandes amigos, los gais de clóset, los vendedores de drogas, los trabajadores sexuales e incluso quienes roban teléfonos celulares, escudados en la fantasía de vivir una noche de pasión.
“Y nadie va a saberlo, él tiene sus secretos y yo tengo los míos”, continúa el poema de este joven de 32 años, premiado en un concurso organizado por la Universidad de las Artes en julio de 2025.
En él describe su vida mediática en esta plataforma tan oscura como luminosa, repleta de fotografías de hombres sonriendo y mostrando sus brazos trabajados en el gimnasio, y cuentas que exhiben encuentros íntimos en los llamados ‘dark rooms’, espacios donde, por cinco dólares, el placer se vive sin frenos.
Los 'dark rooms'
Ese lugar al que Azael asistió (con miedo) se llamaba en la plataforma de forma directa ‘cuarto’. “Les escribes a esa cuenta y te dan un número de WhatsApp porque promocionar servicios para adultos está sancionado por la plataforma. Cuestan entre tres y cinco dólares. Uno al que fui era un restaurante durante el día, pero en la tarde le habían cerrado las ventanas con lonas. Dejabas tu teléfono celular en una funda de basura”.
El cuarto era del tamaño de una sala de esas en las que se colocan los sofás y el televisor, relata. Su amigo, con quien asistió y quien también le atraía, decidió no entrar al cuarto, sino contemplar una película en la otra habitación. Esto atrajo a Azael hacia el exterior del cuarto oscuro. “Estaba haciendo vida social afuera, no fue una experiencia agradable, no había garantías de seguridad”, admite.
Otro aspecto que le preocupa de la plataforma es la gran cantidad de personas dispuestas a tener relaciones sin condón. “Hay falta de educación sexual, no saben que es muy riesgoso”.
Un estudio titulado ‘Comportamientos sexuales y prevención del VIH: estrategias de prevención entre minorías sexuales en Ecuador’, en el que participaron 284 hombres gais y bisexuales, reveló que la mayoría de los encuestados tenía una percepción muy baja sobre el VIH y las enfermedades venéreas, y que las plataformas podrían ser utilizadas como parte de la estrategia nacional de prevención de estos diagnósticos en Ecuador.
#EXTRAActualidad | Testimonios de usuarios revelan cómo esta aplicación de encuentros (Grindr) puede esconder peligros reales: amenazas, violencia y exposición sexual. ¿Qué más está en riesgo?
— Diario Extra (@DiarioExtraEc) October 12, 2025
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En Grindr conoció el terror
Xavier teme que el hombre que conoció en 2023 a través de la plataforma Grindr, a quien acusa de haberlo retenido contra su voluntad en su casa, regrese a buscarlo.
Se citaron mediante la aplicación en la casa de un hombre que, ya al verlo, le pareció tener casi 70 años. Lo acusa de haberlo retenido contra su voluntad en un cuarto lleno de imágenes de santería. Vivía en una habitación diminuta, ubicada en una pequeña vecindad de la capital.
“Él me dijo que tenía cuarenta (años) y en las fotos parecía de esa edad. Comimos juntos. Yo quería grabar las relaciones porque tenía este fetiche. Le pedí su consentimiento y me dijo que no. Yo estaba usando mi celular y él pensó que lo estaba grabando. Me pidió ver mi galería y se la mostré, porque no tenía nada que ocultar”, relata.
Horas de terror siguieron a este momento. Xavier, migrante, teme denunciar a este hombre al que acusa de haberlo secuestrado toda la noche. “Me amenazaba con que me iba a ahorcar, porque él estuvo en el Ejército. Decía que tenía a un muerto escondido en la casa que le susurraba que yo mentía. Yo me sentía muy nervioso. Él me quitó mi teléfono”, le revela a EXTRA.
Xavier no denunció la retención en esa vivienda porque no cuenta con los recursos económicos para hacerlo.

La aplicación ofrece menos seguridad
Willie Reyes, especialista en seguridad informática, explica que Grindr ofrece menos protección a sus usuarios que otras plataformas como Tinder, porque no realiza validaciones faciales obligatorias para formar parte del sistema.
Otro riesgo asociado al uso de estas plataformas es que ninguna solicita antecedentes penales para registrar a los usuarios. Reyes subraya que Grindr no se hace responsable de lo que quienes usan la aplicación hagan o digan mientras navegan en su pantalla.
En un reportaje realizado por el diario El Universal de México en junio de este año, sobre la mercantilización del cuerpo en esta aplicación, el medio solicitó a Grindr brindar cifras de incidentes registrados y conocer las medidas implementadas para garantizar la seguridad de sus usuarios. La empresa respondió que no puede divulgar información interna por “privacidad”.
Además, exigió que “de ninguna manera” se asociara este trabajo periodístico con su propiedad intelectual ni se los mencionara a lo largo del reportaje.
En contraste, el equipo estadounidense de la app le dijo a ese diario que, aunque no puede compartir cifras sobre reportes registrados, se podía atribuir a un portavoz de Grindr sus políticas de seguridad. Estas incluyen el uso de inteligencia artificial y moderadores humanos para suspender cuentas de menores de edad, la opción de esconder o bloquear perfiles, y la prohibición de incluir fotografías con violencia o símbolos que inciten al odio.
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