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¿Por qué una voz te 'enciende' más que un escote? Expertas en el tema lo explican
La visión no siempre se 'enciende' primero, sino el oído. Sexólogas
explican que el tono, el ritmo y el timbre pueden despertar atracción
“Es un error decir que la primera forma de seducción es la vista”, afirma la sexóloga Silvia Guevara. Y sí, basta escucharlo para entenderlo. Hay personas que no se encienden con un escote, un baile sensual o una mirada intensa, pero escuchan una voz con cierto tono y el cuerpo les responde de inmediato.
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Guevara explica que “somos seres sensoriales. No todos seducimos ni nos excitamos por lo visual; hay personas muy auditivas”. Para ellas y ellos, la excitación no empieza con algo tan simple como una frase con cierto acento, cierto ritmo o cierto idioma.
La sexóloga recuerda incluso que, antes de Internet, las líneas eróticas se convertían en un negocio justamente porque la imaginación se disparaba desde la voz: “La audición era suficiente para estimularse sexualmente”.
Ese estímulo, dice, no es igual para todos. No existe una “voz ideal”. Para alguien una voz grave es irresistible, mientras que otra persona puede sentirse atraída por un acento ‘guayaco’, argentino o colombiano: “La voz no es estándar; cada quien tiene su preferencia sensorial”, dice.
Pero la voz no solo seduce: también puede activar el vínculo afectivo. Cuando escuchamos a alguien significativo, explica Guevara, se despiertan procesos neurobiológicos relacionados con el apego y la seguridad: “La voz activa la oxitocina. En los estudios se ve que incluso un recién nacido eleva sus niveles al oír a su madre”.
Por eso, en la sexualidad, el tono pesa más que las palabras: “No importa tanto qué se dice, sino cómo se dice”, señala la especialista.
La ciencia respalda esta conexión: la psicología evolutiva muestra que el atractivo vocal revela más que la apariencia. El estudio Calificaciones del atractivo de la voz predicen la conducta sexual y el cuerpo (2004) halló que voces más graves en hombres y más melódicas en mujeres se asociaban con mayor número de parejas sexuales.
“A todos nos ha pasado”

La sexóloga Verónica Sempértegui, por su parte, ríe al decir que esto es más cotidiano de lo que se admite: “A todos nos ha pasado que armamos una idea física de alguien solo por su voz”. Como cuando uno escucha un locutor durante años y, al ver su foto, descubre que la mente había dibujado otro rostro.
Esa atracción desde el sonido no ocurre porque tengamos ‘radar’ para detectar belleza vocal, sino porque la voz revela ‘microdetalles’: fluctuaciones emocionales, seguridad, ritmo, naturalidad, energía.
Pero también está atravesada por lo cultural. “En nuestra sociedad, que es bastante globalizada, solemos asociar lo seductor en los hombres con voces graves y en las mujeres con voces suaves”, explica Sempértegui.
Según Sempértegui, el timbre, el tono y el ritmo pueden ser claves, pero los hombres suelen usarlos más como estrategia de conquista: “Ellos suelen modular más la voz para atraer parejas. No significa que las mujeres no lo hagan, pero se da con mayor intensidad en los varones”.
Eso sí: una buena voz no funciona sola. “El contenido del discurso también importa; si lo combinas con ser un buen oyente, mejor”, afirma.
El efecto no es pura casualidad, sino hormonal. Sempértegui explica que la testosterona vuelve más grave la voz durante la adolescencia en quienes tienen testículos, mientras que los estrógenos mantienen un registro más fino en quienes tienen ovarios: “Todos los niños tienen voces agudas; los cambios llegan con las hormonas”.
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