Andreína Lamota Solís, detenida por la muerte de su madre, Martha Cecilia Solís Cruz, habría intentado no solo engañar a sus familiares, sino también a los investigadores, según declaró Alfredo Ronquillo, abogado del padre de la joven.

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El cuerpo de la víctima, de 49 años, fue hallado el pasado 16 de octubre, desmembrado y dentro de una lavadora y un tacho azul en su vivienda, ubicada en la ciudadela Sauces 9, al norte de Guayaquil.

Ronquillo relató a EXTRA que Andreína, de 32 años, mostraba un comportamiento contradictorio en los días posteriores a la desaparición de su madre.

“Cada vez que su padre la recogía por la mañana para llevarla al trabajo, ella lloraba y suplicaba que no dejaran de buscar a su madre. Un día su padre la dejó en el trabajo y al día siguiente se enteró de que no había asistido. Todos los días subía al carro y se ponía a llorar. Incluso llamaba al mismo policía que investigaba, diciéndole que no estaban haciendo nada por encontrar a su mamá. Era astuta”, explicó.

Según Ronquillo, esos gestos podrían haber sido una puesta en escena. “Para mí, había premeditación. Ella ya había metido el cadáver en el tacho azul y la lavadora, lo había envuelto en fundas y planeaba deshacerse de él. No dejaba de mentir, decía que su mamá estaba en Playas”, añadió.

La última vez que se vio con vida a Martha fue el 4 de octubre. El padre de la joven, agregó Ronquillo, “no ha presentado denuncia alguna contra su hija por ser su hija, pero ha facilitado todas las diligencias a la Fiscalía y a la Policía Nacional, buscando que la investigación sea transparente y neutra”.

Indicios digitales y pistas clave

El análisis del teléfono celular de Andreína fue clave para el giro en la investigación. En el dispositivo se hallaron mensajes y un video generado con inteligencia artificial en los que la joven simulaba ser su madre. Además, había búsquedas en internet sobre cómo desaparecer un cadáver y evitar malos olores, así como imágenes de drogas y material vinculado a criminales en serie. “Eso permitió a la Policía confirmar que Andreína estaba detrás de la desaparición y la muerte de su madre”, señaló el abogado.

El acceso al domicilio de la familia Lamota Solís permitió descubrir el cuerpo, desmembrado y dispuesto en fundas dentro de la lavadora y el tacho azul. “Todo estaba limpio, organizado, ya listo para desaparecerlo”, afirmó Ronquillo.

Comportamiento previo y presunta motivación

El abogado señaló que Andreína habría mantenido una actuación simulada de angustia ante familiares y autoridades. “Cada vez que el padre la iba a recoger para llevarla al trabajo lloraba todo el camino, pero era astuta: ya lo esperaba afuera de la casa, en la vereda, y no lo dejaba ingresar. Ella había recibido tratamiento psicológico años atrás”, indicó.

El presunto asesinato se habría producido por asfixia, presuntamente con ayuda de un sedante, y el desmembramiento se realizó días después del crimen. Se investigará si Andreína actuó sola o con ayuda de terceros, ya que existieron indicios de compras en línea de herramientas como sierras y cuchillos, y de una suite alquilada en el sector Alborada para cambiarse de ropa.

Reacción familiar y apoyo psicológico

La familia de la víctima ha recibido apoyo psicológico facilitado por el Ministerio del Interior. Gustavo Lamota, padre de Andreína, y uno de sus hijos están en tratamiento por el impacto emocional. Ronquillo destacó que la relación entre padre e hija era buena y que no existían indicios previos de amenazas o comportamiento violento.

El abogado aseguró que el padre mantiene su disposición de colaborar plenamente con la investigación: “Quiere que la investigación sea transparente, que se conozca toda la verdad y que si ella tiene participación, se le aplique todo el peso de la ley”.

Estado del proceso

Andreína, contadora pública de 32 años, permanece detenida mientras la Fiscalía continúa con las diligencias. Durante su retención, entregó la clave de su teléfono a la Policía y, ante la evidencia, habría reconocido su participación en la muerte de su madre. La Fiscalía General del Estado y la Policía Nacional continúan con las pericias forenses y el análisis de indicios, mientras la familia espera que se esclarezcan los hechos y se haga justicia.

Ronquillo también mencionó que la sospechosa recibió tratamiento psicológico en 2018 tras un accidente de tránsito en el que falleció una amiga, pero aseguró que no había antecedentes que permitieran prever un comportamiento violento.

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